La duquesa de Cambridge, Kate Middleton, ha dado un pequeño paso atrás en cuestiones de estilo. Ante la llegada de Meghan Markle a la familia real británica y su arrollador éxito, la esposa del príncipe William ha decidido cederle el testigo de la elegancia manteniéndose en un discreto segundo plano mientras su nueva cuñada disfruta del cariño del pueblo y de los halagos de la prensa.
El pasado sábado, durante el desfile en honor a Isabell II 'Trooping the colour', la duquesa de Sussex eclipsó a Kate, que aunque apostó por su predilecto Alexander McQueen para el evento, no brilló tanto como la actriz estadounidense, que iba vestida de Carolina Herrera.
Así, Kate ha decidido mostrar una faceta más discreta para dejar todos los focos a la nueva integrante de los Windsor en su momento más álgido, pues ella sabe que, si todo ocurre según lo establecido, su marido será Rey de Inglaterra algún día, lo que centrará en ella de nuevo todas las miradas.
Por ello, en estos días le estamos viendo con looks más relajados y veraniegos, perfectos para pasar tiempo con sus hijos. Teniendo en cuenta que ya es madre de familia numerosa y que ha dado a luz a su tercer bebé hace relativamente poco, es lógico que Kate prefiera vestirse de una forma más cómoda y casual. Pero sin descuidar las tendencias.
Y para ello su mejor aliada es Zara. La enseña española se ha convertido en una de las favoritas de las 'royals' europeas, que combinan ropa de firmas de lujo con prendas de Inditex, al más puro estilo 'celebrity'. Y Kate es una fiel seguidora de esta forma de vestir ya desde sus inicios como duquesa de Cambridge.
Por ello, el pasado fin de semana acudió con los pequeños George y Charlotte al polo ataviada con un veraniego vestido de la firma en color azul pastel con rayas blancas, de corte midi y abotonado hasta abajo y anudado a la cintura. Un vestido muy similar al que llevó también hace unas semanas a una carrera de caballos, perteneciente también a Zara.
Para completar su veraniego look, Kate escogió unas sandalias de cuña, un bolso en color crema y unas gafas de sol. Un estilismo perfecto para una jornada de polo que, a pesar de ser muy básico y cómodo, no le restó un ápice de elegancia, demostrando que, a pesar del efecto Meghan, hay Kate para rato.
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