Eugenia de York da una lección de estilo a Meghan Markle con su vestido de novia

Hoy no solo era fiesta en España. Aunque en el calendario oficial sí, en Reino Unido viven su propia jornada festiva gracias a un nuevo enlace real. Si la boda de Harry y Meghan en mayo ya había paralizado las islas británicas, este 12 de octubre vivirán un día similar, aunque no con el mismo entusiasmo que entonces. Ya se sabe, una boda hace ilusión, dos seguidas no tanta, sobre todo por los cuantiosos gastos que tienen.

Y en este caso, al tratarse de una boda real, muchos más. Este viernes han contraído matrimonio la princesa Eugenia de York, hija del príncipe Andrés y de Sarah Ferguson y nieta de Isabel II, con su novio desde hace ocho años, Jack Brooksbank, un adinerado joven inglés hijo de una prominente familia. El enlace tendrá un coste para las arcas públicas británicas de más de 2 millones de euros, algo que no ha gustado mucho a los ciudadanos.

Además, han acudido numerosos invitados, más de 800 -200 más que en la boda de Harry y Meghan-, algo que también ha disparado los gastos. Porque Eugenia quería una boda por todo lo alto. Y la ha tenido. Numerosas 'celebrities' internacionales han desfilado este viernes por los jardines del Castillo de Windsor, donde ha tenido lugar el enlace -el mismo elegido por Harry y Meghan-, ya que entre los amigos de la pareja están por ejemplo el cantante Robbie Williams, los Beckham o los Clooney. 

Pero la imagen que más se buscaba hoy era la de la novia. Se especulaba con que iría vestida de Stella McCartney, quien firmó el famoso segundo vestido de novia de Meghan, de cuello halter en satén, el cual eclipsó al primero de Givenchy. Pero finalmente no ha sido así. Eugenia ha apostado por una firma más desconocida, Peter Pilotto, fundada en 2007, que ha confeccionado un vestido un traje de ensueño.

Con un escote bardot que le favorecía especialmente y una larga cola, Eugenia ha lucido perfecta. El vestido tenía mucho volumen en la parte de la falda pero era entallado en el cuerpo, ya que se trataba de un corsé, lo que resaltaba la escultura de Eugenia. El lazo en la espalda era un detalle totalmente de princesa. Además, la joven lucía una espectacular tiara, la misma que Isabel II regaló a su madre, Sarah Ferguson el día de su boda, con seis espectaculares diamantes verdes. 

Así, la joven lucía radiante y ha logrado algo difícil, superar a Meghan con su primer traje de novia. El Givenchy pecó de demasiado sencillo y no le ajustaba del todo bien al cuerpo, lo que deslució un poco la belleza de la norteamericana. Por su parte, esta creación de Peter Pilotto, sí ha sabido sacar lo mejor de Eugenia y hacerla brillar sin necesidad de adornos.

Pero esta boda ha dejado muchas más imágenes y estilismos. Como decíamos, numerosos rostros conocidos se han dado cita en Windosr y han lucido sus mejores galas. Para empezar, la familia de la novia. Su madre, Sarah Ferguson, ha elegido un conjunto en verde mientras que Beatriz, su hermana, iba en color azul oscuro.

En el apartado 'celebrity', si alguien ha destacado por encima del resto ha sido la espectacular Naomi Campbell, que ha llevado un vestido en negro y blanco con plumas y un voluminoso tocado. La diosa de ébano ha sido de las invitadas más elegantes en una boda que no ha dejado muchos looks impactantes. 

La nota más llamativa y divertida la ha puesto la modelo Cara Delevinge, que ha interpretado el protocolo a su manera y se ha puesto un traje de chaqué y un sombrero de copa. Un estilismo que ha sido de los mejores, pues Cara ha sabido darle su particular toque y le sentaba como un guante.

Otra de las famosas que ha acudido ha sido la actriz Demi Moore, quien ha llevado un correcto vestido de color burdeos y un tocado a modo de diadema en su larga melena lisa. Un color muy parecido al de la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, que ha llevado un vestido color vino con tocado a juego.

Por su parte, Meghan Markle ha llevado un look muy lady con un abrigo y un vestido en color azul oscuro y tocado y zapatos a juego. Un estilismo muy elegante y favorecedor del estilo de los que estamos acostumbrados a verle.