Victoria Beckham es uno de los mejores ejemplos de que, con tenacidad y trabajo, se puede llegar alto. Una mujer que empezó cantando en uno de los grupos más famosos de los 90, las Spice Girls, y decidió dejar el lucrativo negocio de la música y apostar por su verdadero sueño, el diseño de moda, aún cuando tenía todo en contra. Porque nadie creía que la 'Spice pija' fuera capaz de diseñar una sola prenda, nadie la tomaba en serio entonces. Ahora, su marca de moda homónima acaba de cumplir 10 años y ha presentado su nueva colección en la Semana de la moda de Londres.
Victoria es una de las mujeres más poderosas de la industria de la moda actual. Ha sabido crear colecciones elegantes, sofisticadas, bien confeccionadas y mejor estructuradas, combinando el minimalismo con los patrones armados e incluso arquitectónicos. Una ropa que nadie imaginó que pudiera salir de la mente de la británica, a la que conocimos con disparatadas plataformas, tops ajustados y vestidos de estampado de leopardo. Su trabajo le valió, de hecho, uno de los galardones más reputados del mundo de la moda, el British Fashion Award de 2011 a la mejor firma británica, un premio que tienen Stella McCartney o Tom Ford, entre otros.
Justo este año, después de iniciar su carrera en Estados Unidos y presentar en Nueva York todas sus colecciones, ha dado un salto de envergadura al trasladar la 'sede' de sus desfiles a Londres, una pasarela que se revitaliza en detrimento de la de la Gran Manzana. Victoria quiere ser profeta en su tierra y conquistar a su propio público tras una década al otro lado del Atlántico. Pero esta mudanza podría estar motivada por asuntos más trascendentes para la supervivencia de su firma, porque según las últimas informaciones al respecto, la marca Victoria Beckham no deja de perder dinero.
Esta semana, el 'Sunday Times' ha revelado que la firma estaría perdiendo 4.000 libras (cerca de 5.000 euros) cada día a pesar de que en los últimos ocho años ha facturado 169 millones de libras (200 millones de euros). Unas cifras que han hecho saltar las alarmas sobre la salud financiera de una de las marcas de lujo más prometedoras de la industria actual.
Pérdidas, préstamos y búsqueda de inversores
En estos 10 años, Victoria Beckham no ha conseguido que su firma sea rentable. Algo que no debería ser preocupante en exceso porque los primeros años de las empresas están dedicados, básicamente, a la inversión para retornar las ganancias a futuro. Los últimas cuentas fehacientes que se conocen de la compañía son las de 2015, que revelaban unas pérdidas de 4,6 millones de libras (5,2 millones de euros) a pesar de haber facturado 35,5 millones de libras (40 millones de libras).
Y decimos fehacientes porque en 2016 su negocio ya se vio seriamente amenazado a consecuencia de sus resultados. Según el Registro Mercantil británico, las cuentas de ese ejercicio no cuadraban, ya que presentaba una facturación de 40 millones de euros con un beneficio de 1,4 millones. Por lo que fue advertida de que, si no se corregía, su firma sería eliminada del registro y disuelta. Finalmente, el error se subsanó, pero supuso un importante aviso para la ex Spice justo cuando iba a recibir la Orden del Imperio Británico, que finalmente se colgó a manos del Príncipe William.
Según' Sunday Times', las pérdidas ascienden a más de 13 millones de euros en los últimos ocho años, lo que habría obligado a la diseñadora a pedir un crédito en 2016 por un importe de más de 11 millones de euros. Precisamente, ese año Victoria empezó a buscar inversores para poder seguir expandiendo su firma y apurar esos desajustes financieros. Una búsqueda que dio sus frutos a finales de 2017, cuando Neo Investment, un fondo de inversión presente en más firmas de moda, le inyectó 30 millones de libras (33 millones de euros).
Un movimiento que revela que, a pesar de las importantes pérdidas que sufre, la empresa tiene futuro. Porque hablamos de uno de los fondos de moda más avezados del sector, pues tiene participaciones en marcas como Ami Paris, Miller Harris, Valextra o Alain Mikli y está liderado por un exbanquero de Goldman Sachs, David Belhassen. De hecho, se calcula que la marca Victoria Beckham está valorada a día de hoy en 100 millones de libras (112 millones de euros).
Si bien una marca de moda tarda en generar beneficios, y más cuando se mueve en un sector tan competitivo y difícil como el del lujo. Porque, a pesar de que las colecciones de Victoria son aplaudidas por la industria, hay que convertir esos halagos en ventas, algo que cuesta bastante en una industria dominada por los grandes históricos -Louis Vuitton, Chanel, Gucci...-. Además, las prendas de la diseñadora no están al alcance de cualquier bolsillo, pues, por ejemplo, un vestido puede costar 2.450 libras (2.760 euros) y una blazer, 750 libras (840 euros), precios que para muchos son prohibitivos y que, para quienes pueden pagarlos, les puede resultar excesivo invertir esa cantidad en una marca que no es de las tradicionales.
Por ello, el gran reto de Victoria es conseguir que su ropa se venda más. De momento, cuenta con 300 puntos de venta en todo el mundo y, con la inyección de Neo Investments, espera poder seguir abriendo más. Además, cuenta con un respaldo importante: el imperio que ha levantado junto a su marido, el exfutbolista David Beckham. Ambos tendrían un patrimonio de más de 600 millones de euros, según la London School of Marketing, lo que les convertiría en los más ricos de Reino Unido, incluso por encima de la Reina Isabel, a la que aventajarían en 200 millones.
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