Morante de la Puebla: "Sin el arte, el toreo degeneraría en un circo"

  • Paco Aguado.

Paco Aguado.

Zaragoza (España), 12 oct.- Cuando apenas le restan dos actuaciones para cerrar la temporada española, el famoso torero Morante de la Puebla hace balance y asegura en una entrevista concedida a Efe que "sin el arte, el toreo degeneraría en un circo".

"Más que hablar de mí mismo, a estas alturas me interesa analizar el estado de la fiesta y transmitir una serie de conceptos que creo que son fundamentales para su futuro", explica este diestro sevillano catalogado como "artista genial" y "torero de toreros".

José Antonio Morante (La Puebla del Río, Sevilla, 1978) cree que en esa vertiente artística de la tauromaquia reside su verdadera trascendencia, ya que "el toreo que queda en la memoria, el que deja huella en el alma del espectador, aún puede seguir teniendo vigencia en este mundo comercializado. Y, humildemente, yo soy la prueba".

"Pero aun así -continúa- muchas veces me pregunto si es posible que exista precisamente en estos tiempos un torero como yo. Y es que, con el toro que sale hoy en día, tan a contraestilo, y con tantas trabas internas no es fácil que surjan toreros con buenas intenciones a la hora de interpretar el toreo".

Le preocupa a Morante "el devenir de la fiesta", porque "si se siguen poniendo barreras al sentimiento del toreo, esto se convertirá en una especie de deporte, de mucho mérito y de mucho esfuerzo, sí, pero que ya no le interesará a las mentes inteligentes y sensibles".

Cree el diestro sevillano que "los pintores, los poetas, los músicos... todos los artistas que se han inspirado en las plazas de toros, lo han hecho gracias a la sensibilidad de los toreros". Pero advierte que "si ahora convertimos los toros en un espectáculo de mera lucha física degeneraríamos hacia el circo y nos alejaríamos de una esencia que muestra tantos valores para alimentar el espíritu".

"Ahora se tiene muy en cuenta la opinión de un tipo de público que impone un toro mastodóntico que no nos lleva a ninguna parte. Aunque hay excepciones y milagros de la genética, ese toro es una tapia contra la que uno se choca. Yo lo vivo y lo sufro un día tras otro, y veo cómo el público se aburre", insiste.

Para Morante, "esa lucha con ese toro gigante tiene su importancia, evidentemente, pero más la tiene el verdadero arte de torear, que no es ese tópico del detallito breve y el pellizquito. Torear es conjugar las distancias, la colocación, las formas, el temple, el compás, la hondura...".

"Y ese toreo -enfatiza- es la mayor defensa de la fiesta, el que siempre inspiró a los artistas. Cuando Lorca habla del "duende" del toreo nadie es capaz de rebatirlo, pero ahora somos nosotros mismos los que espantamos al duende".

El torero piensa que a veces rema a contracorriente al "sentirse un contrapeso de esa tendencia, lo que es también una responsabilidad. Pero estoy ya maduro y en el mejor momento para afrontar ese papel. Después de haber solucionado mi vida, me toca plasmar mis sueños y divulgar mi concepto, aunque es difícil hacerlo casi en solitario".

"No es que no esté acompañado -matiza-, porque muchos de mis compañeros creen lo mismo que yo. Lo que pasa es que a la hora de exigir donde hay que exigir contra tantas cosas que van contra la lógica y la naturalidad del toreo, miro hacia los lados y no veo a nadie".

Le "duele" a Morante de la Puebla esta deriva de la fiesta, porque "estamos limitando que surjan chavales jóvenes con ese alma de artista. En estos tiempos hay que tener mucha personalidad y mucho criterio para sacar adelante esos sentimientos. Y más cuando te obligan a contentar a la multitud y a triunfar a toda costa por ese sentido comercial que tanto perjudica".

"De todas formas, quiero pensar que la intención de la gente del toro para solucionar el futuro es buena, aunque hay que saber canalizarla. Aun así, a veces tengo mis dudas y pienso que muchos realmente ignoran la responsabilidad que tienen entre manos. Y por eso me gustaría que tomaran conciencia de mis palabras", insiste el torero sevillano.

Sobre su temporada de 2013, Morante se siente "satisfecho", aunque matiza: "No he tenido buenos lotes, he conseguido hacer faenas estimables y nada fáciles, que sólo se consiguen con valor, vocación y entrega a tu arte".

"Porque a estas alturas -continúa- estoy ya al margen del tema de las orejas, de cortar más o menos. Me parece más importante dejar huella en el aficionado y, en ese sentido, entre las sensaciones que me ha dejado esta temporada, lo que más valoro es que, sin triunfos clamorosos en algunas plazas, he sumado más "morantistas" que nunca.

"Y es que lo fundamental es mantener la ilusión del aficionado, la ilusión de ir a la plaza a ver torear bien. Cuando uno genera esa felicidad en la gente, cuando es capaz de hacerla soñar, se siente pleno como artista", concluye el torero sevillano.

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