En una residencia de Villanueva de la Cañada

Muere la actriz Alicia Hermida a los 89 años, la querida Valentina de Cuéntame

"He tenido y tengo muchas ganas de trabajar, pero nunca he tenido la avidez de estar en la primera plana"

Alicia Hermida
Alicia Hermida
EFE

La actriz madrileña Alicia Hermida ha fallecido esta mañana a los 89 años, según ha informado la Entidad de gestión de actores y bailarines (AISGE). A través de Twitter la AISGE ha dado a conocer el fallecimiento de la actriz en la mañana de hoy en una residencia de Villanueva de la Cañada (Madrid) donde vivía junto a su marido, el también actor Jaime Losada.

Alicia Hermida hizo del teatro su forma de entender la vida y se convirtió en una especie de maestra de escuela entre bambalinas al enseñar este arte a los jóvenes actores en La Barraca. Una compañía que, como ya hacía Federico García Lorca, "trataba de acercar el teatro a donde no llegaba nada". Hermida nació el 26 de septiembre de 1932 en Madrid y de su prolífica carrera destaca su participación en películas como "Las bicicletas son para el verano" o "Malena es un nombre de tango". Pero lo que dotó de universalidad escénica su figura fue el papel de Valentina en la serie de Televisión Española "Cuéntame cómo pasó", de quien decía que era una mujer "peleona que quería vivir y divertirse".

En 2017 fue reconocida con el Premio A Toda una Vida por la Unión de Actores y Actrices, un acto en el que recordó que se subió por primera vez a un escenario a los 13 años, en la obra "Plaza de Oriente", de Joaquín Calvo Sotelo, un montaje que le llevó a su primera gira teatral a los 14. "He tenido y tengo muchas ganas de trabajar, pero nunca he tenido la avidez de estar en la primera plana", reconoció la actriz que también formó parte del elenco de "Paquita Salas", de Javier Calvo y Javier Ambrossi.

Maestra de actrices como Aitana Sánchez-Gijón, Hermida, que era una experta de la representación del verso en el escenario, apostó siempre por mejorar la formación de los actores y por un teatro vocacional y no de imitación. A ello se dedicó desde 1980 cuando impulsó La Barraca (Teatro Popular), que además de formar a nuevos intérpretes, perseguía que la dramaturgia llegase a todas las capas sociales.

Una escuela itinerante que acercaba el teatro a la calle, a las plazas de los pueblos, a las cárceles o a los frentes de guerra y que pasó por Nicaragua, Cuba, Venezuela, Japón o Bélgica porque "la dramaturgia debe llegar allí donde apenas existe la oportunidad de vivirla y sentirla". "Un pueblo que no apoya y no fundamenta su teatro está moribundo y un teatro que no se nutre del pueblo no es teatro", comentó la actriz en una entrevista con Efe.

Y es que Alicia Hermida era combativa como pocas, luchó por lo que creyó y no dudó en denunciar la injusticia. Defendió la causa palestina o la revolución cubana con el mismo entusiasmo con el que, tratando siempre de alejarse del elitismo, reivindicaba el poder de transformación de la dramaturgia.

Comenzó a trabajar a los 13 años en la compañía María Guerrero como una actriz secundaria que fugazmente conseguía el papel protagonista. Las críticas teatrales de la época ya se fijaban en una Hermida que "se mostraba segura sobre las tablas", y cuya interpretación, se decía entonces, "era cuidada y con tino". Actuó después en la pequeña pantalla en programas como "Estudio 1" o en las series "Chicas en la ciudad" y "Mujeres Solas", consolidándose como un rostro habitual entre las actrices secundarias de Televisión Española.

Con los 80 llegaron algunas de sus películas más célebres: "Gary Cooper, que estás en los cielos,..." de Pilar Miró, su trabajo con Jaime Chávarri en "Las bicicletas son para el verano", además de su participación en la película de José Luis Cuerda, "El bosque animado", en la que actuó junto a Alfredo Landa.

Poco después, en 1994, participó en la película "Malena es un nombre de tango" dirigida por Gerardo Herrero, mientras desde el teatro le llegaba, en 1999, el Premio Max a la mejor actriz secundaria como reconocimiento a su trabajo en "Divinas palabras".

Con Alicia Hermida se marcha una voz comprometida con el tiempo que le tocó vivir, una actriz que quiso hacer del teatro un elemento de transformación social y que fue incapaz de vivir sin tratar de contagiar a los jóvenes lo que las tablas le trasmitían a ella. Una maestra que, entre función y función, hizo del teatro su vida.

Con Alicia Hermida se marcha una voz comprometida con el tiempo que le tocó vivir, una actriz que quiso hacer del teatro un elemento de transformación social y que fue incapaz de vivir sin tratar de contagiar a los jóvenes lo que las tablas le trasmitían a ella. Una maestra que, entre función y función, hizo del teatro su vida.

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