Al momento de los atentados, Borders, que tenía entonces 28 años, acababa de ingresar hacía un mes a trabajar en las oficinas del Bank of América en las torres gemelas.
Al desplomarse una de las torres, Borders se refugió en un edificio cercano, donde el fotógrafo de la AFP Stan Honda le tomó una inolvidable fotografía en la que aparece cubierta por una espesa capa de ceniza, que le granjeó el apodo de "The Dust Lady" (La dama de polvo)
En la foto, el aire luce espeso y una consternada Borders aparece como un espectro en medio de una nube de polvo e iluminada por una inquietante luminosidad amarillenta.
"No puedo creer que mi hermana haya muerto", escribió su hermano Michael Borders en Facebook.
Tras los atentados, Borders ingresó en una profunda depresión que incluyó abuso de drogas y alcohol, aunque logró recuperarse tras más de una década.
Perdió su trabajo en el Bank of America, ignorando reiteradas ofertas para ser transferida.
Pasaba la mayor parte del tiempo recluida en su departamento de dos ambientes en una de las zonas más pobres de Bayonne, ciudad de Nueva Jersey al otro lado del puente de Manhattan.
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