Muñoz Molina, un gran novelista crítico con su tiempo

  • Antonio Muñoz Molina, escritor y académico de la Lengua, exdirector del Instituto Cervantes en Nueva York y flamante Premio Príncipe de Asturias de las Letras, es uno de los grandes novelistas en lengua española, un intelectual comprometido, un observador crítico y un gran defensor de la tolerancia.

Madrid, 25 oct.- Antonio Muñoz Molina, escritor y académico de la Lengua, exdirector del Instituto Cervantes en Nueva York y flamante Premio Príncipe de Asturias de las Letras, es uno de los grandes novelistas en lengua española, un intelectual comprometido, un observador crítico y un gran defensor de la tolerancia.

Muñoz Molina (Úbeda, Jaén, 1956) no se dedica sólo a la ficción, aunque ésta es su mayor pasión: la creación. También es uno de los grandes articulistas, como demuestra la infinidad de artículos y ensayos periodísticos que ha ido publicando a lo largo de su vida.

El más reciente, su último libro, "Todo lo que era sólido", un ensayo en el que reflexiona sobre las causas de la crisis que padece España.

Premio Planeta 1991 con "El jinete polaco", entre otros muchos galardones, Muñoz Molina se trasladó a Madrid para estudiar Periodismo, carrera que dejó en 1974 para finalmente licenciarse en Historia del Arte por la Universidad de Granada.

Muy crítico con los fanatismos y los totalitarismos, Muñoz Molina ha sabido reflejar en su obra "la libertad del individuo en la sociedad" y le ha dado voz en algunas de sus novelas a "los oprimidos, los desplazados y los perseguidos", como le reconoció el jurado del Premio Jerusalén, que le fue concedido también el pasado enero.

Su visión sobre los totalitarismos del siglo XX quedó patente en su novela "Sefarad", publicada por Alfaguara en 2000 y reeditada en 2009 por Seix Barral, el sello que en los últimos años ha publicado a este gran escritor.

En esta obra maestra, en opinión de críticos españoles y extranjeros, Muñoz Molina traza el mapa de todos los exilios posibles y rescata la vida de víctimas del holocausto nazi y del estalinismo, en un intento de contrarrestar "la gran injusticia que supone olvidar a quienes perdieron la humanidad" a causa de esos sistemas.

Esa preocupación suya por los totalitarismos le ha llevado en más de una ocasión a decir que ningún país está libre de que se repitan tragedias como la del holocausto nazi. La democracia tiene que ser enseñada a diario, y "la barbarie puede suceder en cualquier momento", según el escritor, que vive entre Nueva York y Madrid.

Perteneciente a una familia de campesinos, en sus inicios alternó su trabajo como funcionario en Granada con sus primeros artículos en prensa, que luego reuniría en los libros "El Robinson urbano" (1986) y "Diario del Nautilus" (1986).

En 1986, obtuvo el Premio Ícaro de Literatura del periódico Diario 16 a los nuevos creadores por su primera novela, "Beatus Ille".

Después fueron apareciendo "El invierno en Lisboa" (1987), con la que al año siguiente recibió los Premios Nacional de Narrativa y el de la Crítica, y la cual fue adaptada al cine. Le siguió el volumen de relatos "Las otras vidas" (1989) y su novela "Beltenebros" (1989), transformada en película por Pilar Miró.

Su producción literaria de los años 90 abarca "Córdoba de los omeyas" (1991), a medio camino de la literatura y la guía de viajes; "El jinete polaco" (Premios Planeta y Nacional de Narrativa en 1991 y 1992, respectivamente); el relato que empezó publicando el periódico El País por entregas, "Los misterios de Madrid" (1992); "Sostener la mirada" (1993), sobre imágenes de Las Alpujarras granadinas, fruto de sus colaboraciones con el fotógrafo Ricardo Martín; y "El dueño del secreto" (1994).

Siguieron "Ardor guerrero" (1995); y las recopilaciones de artículos "Las apariencias" (1995) y "La Huerta del edén" (1996), ésta de tema andaluz.

También "Plenilunio" (1997), que obtuvo en 1998 los Premios Fémina a la mejor novela extranjera y de los lectores de Crisol, e Imanol Uribe llevó al cine en 2000; y las colecciones de relatos "Historia de detectives" y "Escritores y sus ciudades", ambas de 1998.

Le siguieron "Ventanas de Manhattan" (2004), "El viento de la Luna (2006), "La noche de los tiempos" (2009) y las recopilaciones de cuentos "Nada del otro mundo" (2011) y de artículos "El Robinson urbano" (2012, versión que amplía la de 1984).

Elegido académico de la Lengua el 8 de junio de 1995, Muñoz Molina ingresó en la institución para ocupar el sillón "u" con un discurso dedicado al literato español de origen francés Max Aub.

Y entre 2004 y 2006 dirigió el Instituto Cervantes en Nueva York.

Este Hijo predilecto de Úbeda (1996), reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2013, ha recibido también galardones como los Premios de Periodismo González-Ruano y Mariano de Cavia en 2002, el premio Protagonistas de la emisora Onda Cero en el apartado de literatura (2003) y el Premio Gregorio Ordóñez 2004, entre otros.

Después de trece años, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras vuelve a ser otorgado a un autor en lengua castellana, y en este caso, además, el escritor más joven en sus 33 ediciones.

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