"Este disco no es de los que se hacen en un mes o en los hoteles de la gira", explica a Europa Press el teclista y compositor Nuno Gonçalves, quien añade con pícara socarronería que Altar "es un poco más serio que eso, como casi todos los trabajos de The Gift".
Y aún prosigue el músico portugués: "Hay gente que lo hace rápido, nada en contra, pero nosotros tenemos una forma diferente de hacer las cosas. Es necesario tener tiempo y, además, teníamos que conciliar nuestras agendas con las de Brian Eno".
La conversación se enfoca directamente hacia la figura del icónico músico inglés, famoso por sus años en Roxy Music y por sus labores de producción con David Bowie, U2 y Coldplay, entre muchos otros, y que ha conseguido llevar a The Gift "a otro nivel", según Nuno.
"Le conocí en 2011 en una buena casualidad del destino. Hubo conexión, hicimos cierta amistad y nos vimos varias veces en Madrid, en Londres o en Portugal. Se acercó a un concierto nuestro en Vigo y empezamos a hablar de trabajo", rememora con indisimulable orgullo.
Continúa su relato Nuno explicando que el grupo no quería que fuera solo "un productor al uso", algo que encajó a la perfección con la idea de Brian, quien les planteó que "quería ser uno más tanto para componer como para escribir letras y producir".
"Eso lo hizo todos mucho más divertido, porque tuvimos a Brian como compañero de vestuario, con una conexión artística muy fuerte. Estuvimos juntos elevando el disco todo lo que pudimos", explica el músico portugués sobre un disco elaborado durante dos años y en el que Eno incluso canta en algún corte.
Tras asegurar que Altar es un disco "bastante optimista y de fe", añade Nuno que el resultado les coloca "en una planta más arriba de producción y calidad, sin ninguna duda". "Juntar lo mejor de nuestro mundo de 22 años de carrera y la experiencia de Brian Eno, ha generado un coctel muy explosivo", destaca.
DIFÍCILES DE CLASIFICAR
Auténticos clásicos contemporáneos en su Portugal natal, The Gift también tienen un profuso predicamente internacional. Y eso a pesar de lo difícil que es clasificarles. O precisamente por eso, tal y como concede Nuno.
"Siempre tenemos un problema. Los grandes maestros del márketing dicen que las mejores películas son vendidas entre la primera y la quinta planta de un ascensor. Si logras explicar en ese tiempo a alguien de una discográfica o a un director de cine cual es la historia de tu peli, lo tienes. Pero yo no consigo decir en cinco plantas lo que son The Gift, y con este disco es peor aún", plantea entre risas.
Eso sí, apostilla que "para quien crea música hoy en día, en realidad esa es una cosa muy válida", ya que, a su juicio, "es bueno no tener un estilo propio y ser difícil de clasificar". "A eso contribuye también la voz de Sonia, que es muy versátil y no es nada común. Esa cualidad es difícil de etiquetar", remarca.
Sea como fuere, el futuro de la banda ahora pasa por tocar por todo el mundo, incluyendo una presentación en junio en el Central Park de Nueva York, siempre sin olvidarse de la Península Ibérica: "España es nuestro segundo país con más fans. No es que queramos ser los reyes del mambo aquí, pero creemos que hay un espacio bueno para nosotros".
"Por calidad de los indies o defectos del mercado, los indies ya no son indies, son una marca que vende", reflexiona Nuno, quien adelanta que, además de tocar todo lo posible, otro éxito para el grupo con este trabajo sería poder continuar en el futuro colaborando con Brian Eno. "Sigue el buen rollo, tenemos un contacto muy fluido", sentencia.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios