Naomi Watts elige los filmes por los directores, incluso sin leer el guión

  • Cannes (Francia).- La australiana Naomi Watts, presente este año en Cannes con dos películas, elige sus papeles por el director e incluso en algunas ocasiones ha aceptado proyectos sin leer siquiera el guión, como con Alejandro González Iñárritu o Peter Jackson.

Naomi Watts elige los filmes por los directores, incluso sin leer el guión
Naomi Watts elige los filmes por los directores, incluso sin leer el guión

Cannes (Francia).- La australiana Naomi Watts, presente este año en Cannes con dos películas, elige sus papeles por el director e incluso en algunas ocasiones ha aceptado proyectos sin leer siquiera el guión, como con Alejandro González Iñárritu o Peter Jackson.

"Lo mejor es si el director es alguien a quien respetas y quieres trabajar con él", afirma Watts en una entrevista con cinco medios de comunicación, entre ellos Efe, en Cannes, donde hoy presenta "Fair Game", del estadounidense Doug Liman.

Entra en la sala de la entrevista con una bandeja con su tetera y una taza -estoy mal de la garganta, se excusa- y se muestra encantada de estar tanto tiempo en Cannes -"es demasiado extraño cuando vas a lugares un día y en los que ni siquiera sales del hotel"-.

Primero presentó fuera de competición "You will meet a tall dark stranger", de Woody Allen, y ahora "Fair game", basada en la historia real de la ex agente de la CIA Valerie Plame y que sí opta a la Palma de Oro.

Dos ejemplos de los directores con los que le gusta trabajar.

"Me gusta colaborar con un director que tenga su propio lenguaje, su propio estilo. (...) Me encanta facilitar su visión", agrega Watts, que afirma que le gusta "trabajar de forma diferente cada vez".

Y pone como ejemplo el caso de Woody Allen, donde los rodajes se realizan con larguísimos planos secuencia en los que la responsabilidad es aún mayor ya que la labor de cada actor depende de la de los demás.

"Lo que me gusta de trabajar en su estilo, tan diferente, es que un plano sigue, sigue y sigue, sin importar cuántos personajes o líneas haya que decir. Entras, sales, tomas el té", lo que hace que la presión para hacerlo bien crezca enormemente porque "si la fastidias en este tipo de escenas" implica a los demás.

Con Allen podía rodar siete páginas de guión en una mañana, mientras que con el austríaco Michael Haneke -con quien trabajó en "Funny Games" (2007), todo es muy preciso, con una interminable búsqueda de cada detalle.

Y con Doug Liman lo que prima es la espontaneidad. "Todo está en el aire" y las cosas cambian de un segundo al otro, explica.

"Me encanta la experiencia de estar con un director al que realmente admiras", dijo la actriz, que recordó que aceptó trabajar "sin leer el guión" en casos como los de Iñárritu, en "21 gramos" (2003) o con Peter Jackson, en "King Kong" (2005).

Aunque reconoce que hay otros elementos que le ayudan a tomar la decisión.

Los actores con los que va a trabajar o, sobre todo, el papel. Saber "quién es esta mujer, cómo puedo conectar con ella, cómo crece, qué puede enseñarme, cómo afecta a la historia", explica muy pausada.

Satisfecha de la variedad de papeles que ha realizado en su carrera, se considera "en un buen lugar" siendo una mujer y actriz en este momento.

Y contenta también por los compañeros que le tocan en suerte, como Sean Penn en el filme de Liman.

"Somos amigos. Nos conocemos. Y cuando vas a trabajar y no te tienes que esforzar en cómo hacer las cosas con esa persona, en cómo ayudarle o no estorbarle, es mucho más fácil", explicó la actriz.

Watts y Penn han trabajado juntos en dos ocasiones -"21 gramos" y "The assassination of Richard Nixon" (2004)- y tienen años de amistad, así que el rodaje de "Fair game" fue muy agradable, afirmó.

Una película basada en una historia real, la de Valerie Plame, la ex espía de la CIA cuya identidad fue filtrada a la prensa en la época de George W. Bush.

Es una "historia brillante e increíble, la de una mujer que pudo sobrevivir y recuperar su vida".

Sobre todo una historia de amor que fue lo que atrajo la atención de Watts. Porque "a veces las películas políticas son como una lección histórica, demasiada información, como un documental".

Y el hecho de interpretar a alguien vivo aumenta si cabe la responsabilidad de la actriz, que considera que el hecho de gustarle a Plame "está por encima de cualquier otra cosa".

Y de Plame a otro personaje real, Marilyn Monroe, que será uno de sus próximos trabajos.

"Otro personaje real que todo el mundo cree que se puede identificar con él. Una mujer icónica. Va a ser duro", agrega.

Y cuando se reduzca el ritmo de trabajo lo llevará bien porque es madre y en este momento sus hijos son su prioridad.

Alicia García de Francisco

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