Ndour y Clegg rinden en Fez homenaje al "orgullo de África", Nelson Mandela

  • La música siempre ha envuelto a la persona de Nelson Mandela y hoy en la milenaria ciudad marroquí de Fez no podían ser otros que Youssou Ndour y Johnny Clegg los que rindieron homenaje a ritmo de percusiones al fallecido líder sudafricano.

Marta Miera

Fez (Marruecos), 15 jun.- La música siempre ha envuelto a la persona de Nelson Mandela y hoy en la milenaria ciudad marroquí de Fez no podían ser otros que Youssou Ndour y Johnny Clegg los que rindieron homenaje a ritmo de percusiones al fallecido líder sudafricano.

Una quincena de músicos ataviados con túnicas de diversos colores, entre ellos cuatro percusionistas, un saxofonista, tres teclados, guitarra y bajo, acompañaron a la estrella de la noche: el cantante senegalés Youssou Ndour, que apareció en escena vestido de un blanco inmaculado.

El rey del Mbalax, como se conoce a la música senegalesa moderna, tocó en un escenario que tenía como fondo la espectacular puerta de Bab Al Makina, construida en 1886 bajo el reinado de Moulay Al Hassan.

Desde el primer momento de su llegada a escena, Ndour, actual ministro de Cultura y Turismo de Senegal y cantante de fama internacional con más de 20 millones de discos vendidos, levantó al público de sus asientos al grito de "Vamos a cantar, vamos a bailar".

Dejó en varias ocasiones el protagonismo a sus músicos, que cantaron y con una sonrisa contagiosa y permanente bailaron enérgicamente al más puro ritmo africano llenando el lugar de un ambiente festivo.

El selecto público extranjero del Festival de Fez de Músicas Sacras del Mundo, cuyos conciertos en Bab Al Makina son de pago lo que hace que se excluya a la clase popular marroquí, se abandonó de lleno al carisma de este hombre al que se le caracteriza por su apoyo a las buenas causas.

No es la primera vez que el artista, una de las grandes voces de África, participa en un concierto dedicado al Premio Nobel de la Paz (1993), ya organizó uno en Dakar en los años 80 para pedir la liberación de Mandela.

"Mandela, Mandiba, cada persona en el mundo tiene su historia con este orgullo de África", dijo al público Ndour, que narró una entrañable anécdota con la que describió el nacimiento de la canción y título de su álbum "Nelson Mandela" (1986).

Estaba con mi madre viendo en el televisor imágenes de Sudáfrica y le explicaba la historia del "apartheid" -contó-, y al día siguiente escribí una canción que voy a cantar esta noche.

Minutos después de empezar a cantar, Ndour invitó al escenario a Johnny Clegg, que ya había actuado antes que él. "Es una persona que removió el mundo con una canción sobre Nelson Mandela", dijo el artista senegalés refiriéndose al cantante británico-sudafricano.

Y apareció y juntos se lanzaron a cantar "Asimbonanga (No lo hemos visto)", un emotivo tema en inglés y zulú que Clegg compuso para Madiba en los años 80, y que le costó varias detenciones bajo el "apartheid".

Se fundieron en una cariñoso abrazo y Clegg abandonó el escenario, en el que Ndour deleitó a los presentes con su célebre "Seven seconds" para seguir con "New Africa", "Mama Africa" y versionar "Sounds of Africa" de Bob Marley.

Clegg, denominado el "rey zulú blanco" e innovador de los ritmos negros y blancos en pleno "apartheid", había abierto la noche en un concierto que no decepcionó y en el que alternó un fiel bandoneón con una guitarra.

Profundamente comprometido en la defensa de los derechos de las poblaciones rurales surafricanas, el artista tocó grandes temas como "Are you thoug enough" o "Kilimanjaro".

Tuvo que pasar casi una hora para que dedicase sus primeras palabras a Mandela y de los altavoces se escuchase por fin su famosa "Asimbonanga", convertida en todo un himno de liberación surafricana.

Los teléfonos móviles del público se alzaron para grabarlo, mientras que otros levantaron los brazos al aire repitiendo al unísono: "A si m'bonanga A si m'bonanga u Mandela thina".

El recuerdo de "la imagen más bonita, la más positiva, la de la dignidad de África", como le describió Ndour cuando falleció Mandela a los 95 años de edad, floreció en la plaza más famosa de la ciudad, la más espiritual de la puerta de África.

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