Nikola Tesla, cómo pudo haber sido el mundo

  • Un mundo en el que las ideas de Nikola Tesla, uno de los mayores inventores de los últimos 150 años, se hubieran puesto en práctica es la base de la novela de aventuras con la que Miguel A. Delgado reivindica la figura del que considera padre de la actual civilización tecnológica e injustamente olvidado.

Carmen Naranjo

Madrid, 19 oct.- Un mundo en el que las ideas de Nikola Tesla, uno de los mayores inventores de los últimos 150 años, se hubieran puesto en práctica es la base de la novela de aventuras con la que Miguel A. Delgado reivindica la figura del que considera padre de la actual civilización tecnológica e injustamente olvidado.

Aunque "Tesla y la conspiración de la luz", publicado por Destino, traslada al lector a un Nueva York alternativo y fantástico en los años treinta, toda la novela está basada en los escritos de este inventor serbio emigrado a Estados Unidos, que descubrió, entre otras cosas, el motor de inducción de corriente alterna, que transformó la vida cotidiana.

Una novela con la que "más allá de la viabilidad o no viabilidad de sus proyectos" el autor quiere demostrar la "capacidad visionaria" de un hombre que, a principios del siglo XX, vaticinó que la gente llevaría "un aparatito en el bolsillo con el que podría comunicarse y enterarse de lo que ocurre en el mundo", explica en una entrevista con Efe Miguel A. Delgado.

Tesla, que alertó sobre los peligros de la explotación de los combustibles fósiles, ideó en 1899 una red de torres a lo largo y ancho del planeta para distribuir grandes cantidades de electricidad a través de la corteza terrestre, un sistema que intentó poner en práctica con la construcción de la torre Wardenclyffe en Long Island.

Pero, explica Delgado, J.P. Morgan retiró la financiación al proyecto de Tesla y nunca salió adelante.

Tras publicar dos ensayos sobre Tesla, Delgado decidió llevar a la ficción la figura de este inventor adelantado a su tiempo.

Delgado (Oviedo, 1971) recuerda que descubrió la figura de Tesla leyendo "El palacio de la Luna" de Paul Auster, donde se encontró con un personaje que le sorprendió de tal forma que desde entonces ha dedicado años a la divulgación de su legado.

"Si de algo te das cuenta al tratar la figura de Tesla es que parece un personaje de ficción. Su vida y sus circunstancias son dignas de un guion de cine", asegura el escritor.

"No me apetecía volver a tratar a Tesla en forma de ensayo ni contar su vida de una forma lineal, sino que quería atreverme con un libro de aventuras, algo que me recordara a los libros que me gustan como lector", señala.

Por eso, su novela se aparta de la realidad en el momento en el que se proyecta la torre Wardenclyffe y relata cómo el éxito de este sistema transformó la civilización dando lugar a un mundo inalámbrico de contaminación cero, donde las personas se trasladan en oceánicos, prodigiosas aeronaves, todo ello en los años treinta.

En esta ficción, el 17 de octubre de 1931 el mundo asiste a la agonía de Thomas A.Edison, reconocido como el padre de la gran revolución tecnológica que ha dado lugar a ese mundo inalámbrico.

El protagonista de la novela, un joven de 19 años y uno de los más fervientes seguidores de Edison, descubre por casualidad que la realidad no es como la cuentan y que el verdadero padre del mundo tecnológico que admira es Nikola Tesla, que vive retirado en un hotel de Nueva York vigilado por fuerzas del orden y sicarios de las poderosas industrias.

Tesla fue en su época casi tan conocido como Edison, señala Miguel A.Delgado, que atribuye el olvido que vino después a un "cóctel" de causas: además de fracasar su torre de Long Island, Tesla no dejó discípulos como Edison, quien contó con Henry Ford y su gran esfuerzo por mantener su imagen.

"Tesla tampoco tuvo herederos. Para él la invención era un sacerdocio y su pasión era incompatible con una mujer e hijos", recuerda Delgado, que señala cómo el inventor tuvo en sus últimos años problemas mentales, obsesiones y fobias que fueron a más y acabó siendo visto como "un anciano maniático que criaba palomas en la habitación de un hotel".

A pesar de este olvido, la figura de Tesla ha sido reivindicada en los últimos tiempos para que pueda ocupar el lugar que se merece en la historia, dice.

Así, el próximo mes de noviembre Madrid acogerá la mayor exposición que se ha organizado hasta el momento sobre Tesla, un hombre que hace 150 años aseguró: "El presente es suyo, pero el futuro, por el que tanto he trabajado, me pertenece".

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