Nina Ricci en busca de un romanticismo apto para el siglo XXI

  • Transparencias, embellecedoras pieles en las solapas de un abrigo de cachemir, asimetrías y mezcla de materias vestirán a una romántica y moderna mujer Nina Ricci en el otoño-invierno 2012-2013, según pudo verse hoy en el tercer día de colecciones de París.

Lola Loscos

París, 1 mar.- Transparencias, embellecedoras pieles en las solapas de un abrigo de cachemir, asimetrías y mezcla de materias vestirán a una romántica y moderna mujer Nina Ricci en el otoño-invierno 2012-2013, según pudo verse hoy en el tercer día de colecciones de París.

Faldas, vestidos y abrigos serán a menudo cortos hasta las rodillas, en un "largo Saint Laurent" que está cuajando en muchas pasarelas hasta el momento.

Vestidos túnica beige cortos, negros de tul transparente que descubren algunas partes del cuerpo pero no todas, botas altas rojo oscuro, drapeados y colores como el rosa carne o el burdeos animaron el podium del británico Peter Copping, gran amante de las aperturas laterales en las faldas para descubrir el muslo.

Las pieles, muy decorativas, además de ocupar las solapas de abrigos de estilo "hollywoodiense", aunque cortos hasta las rodillas, invadieron igualmente de manera muy vistosa algunos puños y en ocasiones otras partes de una prenda, como el bajo de un vestido, sin miedo a las protestas de los grupos defensores de los animales.

Además del predominante negro, Copping dio espacio al rosa nude característico de la casa, al blanco y al burdeos, entre algunos estampados, más bien escasos.

Olivier Rousteing, de 26 años, se entregó a fondo igualmente en la tarea de rescatar el famoso ADN de una histórica marca, en su caso la de Balmain, cuyo anterior modisto, Christophe Decarnin, dejó los podios con gran discreción y al parecer exhausto, tras haber elevado notablemente la imagen de la firma otrora diseñada por Oscar de la Renta.

Del intento de Rousteing de recuperar lo mejor del pasado más brillante de Balmain surgieron numerosos pantalones y voluminosas cazadoras y chaquetas de corte muy cuadrado, a menudo de cuero, combinadas con pantalones de terciopelo, verde por ejemplo.

En principio, la juvenil mujer de Balmain tendría poco que decir a las clientas del estadounidense Rick Owens, que abrió su desfile envolviendo a la mujer en provocadores vestidos drapeados y abrigos largos de tristísimos grises y ocultando su rostro parcialmente.

La mujer Lutz, en cambio, se vistió de actualidad, bajo superposiciones de faldas asimétricas de tul sobre pantalones pitillos bicolores y blusas cortas, portadas con botines de plataforma.

Chaquetones con grandes capuchas, pantalones holgados y juegos de cremalleras, todo casi siempre en tonos oscuros, con algunos leves toques de azul o de marrón fueron otras de sus ideas principales.

No hubo aquí reminiscencias al pasado. "El desfile fue muy años 2010", sentenció a su término uno de los popes de la moda parisiense, Jean Paul Cauvin, experto de la revista "Fashion daily news".

Dentro del calendario oficial, esta tercera jornada de desfiles de París contó igualmente con los desfiles de Manish Arora, Balenciaga, Carven, Ann Demeulemeester, Sharon Wauchob, Barbara Bui, Aff Vandevorst y Bernhard Willhelm.

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