Nueva biografía del cardenal Cisneros, un "hombre contemplativo y de acción"

  • Una nueva biografía del cardenal Cisneros, del hispanista Joseph Pérez, desvela la compleja personalidad de este personaje histórico, confesor de la reina Isabel la Católica, místico, visionario y a la vez hombre fuerte de su tiempo y político de la modernidad.

Madrid, 9 mar.- Una nueva biografía del cardenal Cisneros, del hispanista Joseph Pérez, desvela la compleja personalidad de este personaje histórico, confesor de la reina Isabel la Católica, místico, visionario y a la vez hombre fuerte de su tiempo y político de la modernidad.

"Me ha parecido que convenía insistir -ha explicado a Efe el autor de "Cisneros, el cardenal de España" (Taurus)- en esta doble faceta de hombre contemplativo y hombre de acción, un político que se interesa por la forma de sanear la vida económica del país, de defenderlo contra los ataques exteriores y de mantener la justicia en el interior; es decir, que tiene un sentido del bien común".

Pérez ofrece una nueva mirada de la historia del cardenal Cisneros (1436-1517), fraile mendicante e inquisidor, guerrero que luchó en Orán y político defensor de la idea del Estado al servicio del bien común y no del "capricho y los antojos personales del monarca".

Confesor de la reina Isabel desde 1492 -como se podrá ver a partir de setiembre en la serie de TVE "Isabel"-, Cisneros fue arzobispo de Toledo, inquisidor general de Castilla, regente del reino en dos ocasiones (1506-1507 y 1516-1517), fundador de la Universidad de Alcalá de Henares y creador de la "Biblia Políglota Complutense".

"Como hombre contemplativo -ha añadido-, en la línea de Ramón Llul, de quien fue discípulo, y de Savonarola, fue un adepto a la cruzada de una religión popular y una especie de visionario, muy metido en temas de espiritualidad popular".

El historiador ve también en Cisneros un precursor de la idea del intervencionismo del estado como fuente de equilibrio entre fuerzas sociales, económicas y políticas distintas, al situar al monarca por encima de los partidos y como garante del bien común de la comunidad.

Pero, además de vislumbrar el estado moderno, fue un visionario en el sentido religioso: "Por ejemplo, protegió mucho a la Beata de Piedrahita, una mística y alumbrada, cuando diez años después los alumbrados fueron perseguidos por la Inquisición".

"Sin embargo, Cisneros les tenia cierta simpatía -ha precisado a Efe-, no les veía con malos ojos, procuraba mantener la ortodoxia, pero veía en ellos aspectos interesantes".

Este cardenal, además, según Joseph Pérez, quiso poner a disposición del pueblo cristiano, y no solo de los clérigos, libros de espiritualidad en lengua vulgar, que cincuenta años después el inquisidor general Valdés incluyó en el "Índice de libros prohibidos", por considerar que eran lecturas no convenientes a mujeres y al público en general.

"Esto no lo compartía Cisneros y en las prensas de Alcalá de Henares hizo imprimir muchos libros de esta categoría para favorecer este tipo de lectura", ha advertido.

Joseph Pérez está convencido de que, si las ideas de Cisneros hubieran triunfado, hubiera habido una España distinta de la que conocemos por la historia.

"Si Cisneros hubiera vivido diez años más -asegura Joseph Pérez-, los comuneros no hubieran tenido ningún motivo para escandalizarse de que un extranjero gobernase en España, porque él hubiera sido el gobernador y no el cardenal Adriano".

Y tampoco habría habido persecución de alumbrados y erasmistas, cuando en 1525 la Inquisición proclama en Toledo un edicto muy severo contra los alumbrados y por este medio persigue también a los discípulos de Erasmo, como por ejemplo era Juan de Vergara, secretario personal de Cisneros.

Como inquisidor general, no mostró gran severidad y terminó con los abusos que había en Córdoba por parte del inquisidor Lucero, aunque Joseph Pérez señala que, por ejemplo, su forma de tratar a los moros en Granada, donde transformó mezquitas en iglesias, provocó la rebelión de los moriscos del Albaicín.

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