Nuevos realizadores navegan entre la ficción y el documental al beber de la realidad

  • Valladolid.- Los cineastas noveles, al afrontar sus primeros proyectos, se aferran a la realidad, se nutren de sus experiencias más inmediatas, por lo que sus películas oscilan entre el documental y una ficción de sólido sustrato real, según ha explicado esta tarde en Valladolid un grupo de directores.

Querejeta denuncia el incumplimiento de los Derechos Humanos ante la mirada colectiva
Querejeta denuncia el incumplimiento de los Derechos Humanos ante la mirada colectiva

Valladolid.- Los cineastas noveles, al afrontar sus primeros proyectos, se aferran a la realidad, se nutren de sus experiencias más inmediatas, por lo que sus películas oscilan entre el documental y una ficción de sólido sustrato real, según ha explicado esta tarde en Valladolid un grupo de directores.

Esos rasgos definen los primeros trabajos varios realizadores noveles convocados por el Festival de Valladolid y que estos días presentan en diferentes secciones de este certamen: Adán Aliaga ("Estigmas"), Omer Oke ("La causa de Kripan"), Joan Riedweg y Abel Folk ("Xtrems") y la pareja formada por Sergio García de Leániz y Vicente Pérez ("Cambio de sentido").

La observación directa de la realidad, en forma de aficiones o hábitos sociales, es el manantial del que se surten al ponerse detrás de la cámara, como le sucedió a Aliaga, quien siempre soñó con adaptar el cómic "Estigmas", publicado hace diez años por el guionista Claudio Piersanti y el dibujante Lorenzo Mattoti.

En el caso de Abel Folk y Joan Riedweg, ambos abordaron el problema de las adicciones a través de experiencias "al límite" que interpretaron un grupo de actores, y donde los "recursos narrativos" empleados por sus directores no empañaron el trasfondo de cercanía y "de verdad" subyacente en cada una de las historias relatadas.

Tan sólo una mirada a su alrededor tuvieron que echar García de Leániz y Pérez para llevar a la pantalla su "Cambio de sentido", donde anotan la adicción al volante, a los automóviles que tienen los habitantes de una ciudad como Los Ángeles, donde residieron hace tiempo y el coche "es una prenda más" que viste a los habitantes de esa metrópoli estadounidense, ha afirmado el primero de ellos.

En el caso de Omer Oke, el material que ha sustentado "La causa de Kripan" resulta en apariencia menos frívolo o insustancial que el anterior, ya que este realizador nacido en la república africana de Benín, aunque residente en España desde 1991, abordó el asunto de la ablación en las niñas del continente negro.

Se encontraba en Burkina Faso durante un rodaje, cuando uno de los ayudantes de producción le contó el caso real de una ablación por él no consentida en la persona de su hija y que finalmente logró parar después de un ardid.

Oke, licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y autor de los filmes "Querida Bamako" y "Trabajadoras invisibles", obtuvo así la inspiración necesaria para rodar "La causa de Kripan", que ha presentado en la sección Punto de Encuentro de la 54 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).

Mostrar comentarios