"Ojos de hielo", el debut literario de una exempresaria

  • Tras dirigir durante 20 años una empresa, Carolina Solé decidió dedicarse a la escritura y, tras cuatro años de aprendizaje del oficio, ha publicado "Ojos de hielo", una novela negra mediterránea, como la define, que ha situado en un cerrado valle rural de la Cerdanya donde "los pecados no prescriben".

Madrid, 21 mar.- Tras dirigir durante 20 años una empresa, Carolina Solé decidió dedicarse a la escritura y, tras cuatro años de aprendizaje del oficio, ha publicado "Ojos de hielo", una novela negra mediterránea, como la define, que ha situado en un cerrado valle rural de la Cerdanya donde "los pecados no prescriben".

Editada por Planeta, esta voluminosa novela presenta a una pareja de investigadores -una ambiciosa abogada y un policía "defenestrado"- que se enfrentan al asesinato del terrateniente más poderoso de la comarca, en un entorno opresivo al que regresan viejas historias de las familias que dominan este valle de los Pirineos.

"Los lugares fronterizos y cerrados tienen unas características muy particulares, los pecados no prescriben, la memoria es eterna y la gente no se olvida nunca de las cosas. Puedes enterrar un trapo sucio muy hondo pero siempre hay alguien dispuesto, a lo mejor tres generaciones después, a desenterrarlo y airearlo", ha explicado hoy Solé en una entrevista con Efe.

Ese es el miedo que tiene la protagonista, la competente abogada Kate Salas, el temor de volver a la tierra donde se crió y al pasado que quiere olvidar. Pero debe acudir a ayudar a Dana, su frágil amiga de la infancia, una veterinaria sospechosa del asesinato del empresario rural.

Kate Salas coincidirá en sus investigaciones con otro "urbanita", el sargento J.B. Silva, destinado a la Cerdanya tras ser suspendido del servicio. Ambos tienen mucho interés en resolver el asesinato para regresar a la ciudad, la abogada para reincorporarse al despacho del que acaba de ser nombrada socia y el policía para volver a trabajar en la ciudad.

El encuentro de estos personajes es como "un choque de trenes" con una "atracción fatal" ya que mientras Kate Salas no duda en saltarse las normas para resolver el caso cuanto antes, el agente debe ser muy escrupuloso en el cumplimiento de las reglas para no volver a ser suspendido, explica la autora.

Cuando Carolina Solé decidió abandonar la empresa y dedicarse a la literatura, empleó cuatro años en formarse en la escuela de escritura del Ateneo de Barcelona, que, según dice, "es la segunda mejor del mundo y no nos damos cuenta de ello".

Para esta autora, la formación es indispensable para escribir aunque sea un oficio en el que, como todos, también hay que tener en cuenta la habilidad personal. "Hay que buscar siempre la excelencia", sostiene.

Recuerda cómo la idea de escribir la novela surgió de una conversación con unas vecinas de este valle en la plaza de un pueblo, después de que le contaran la historia de una familia cuyo patriarca había fallecido: "Había encontrado el trébol de cuatro hojas que estaba buscando".

La autora destaca la importancia, al igual que en el cine, de mantener el ritmo para captar la atención del lector y por ello se ha decantado por capítulos cortos que dan dinamismo a la trama. Este empeño le ha hecho repetir en numerosas ocasiones alguno de ellos para lograr una dimensión cinematográfica.

Admiradora del escritor Lorenzo Silva, (ha llamado Silva al policía), se declara una ávida lectora y explica que, tras leer "como todo el mundo" mucha novela negra nórdica", echó de menos una parte más personal de los protagonistas.

Por ello, ha apostado por la novela negra mediterránea, en la que el entorno y la familia de los protagonistas se encuentran más presentes, señala.

Se trata de "un género muy interesante como herramienta para mostrar a los personajes", indica Solé, que afirma que sus protagonistas tienen vocación de permanecer: tiene ya casi preparada la segunda novela y ha finalizado el guión de la tercera, aunque confiesa que está un poco "contenida" a la espera de ver la reacción y las preferencias de los lectores.

"No se trata de hacer una novela a la carta, pero hay que saber un poco por dónde van los sentimientos del lector", asegura Carolina Solé.

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