Oldenburg cree que el arte de los años sesenta "se está desarrollando aún"

  • Corrige en la noticia CT7008, en el segundo párrafo, la fecha de la inauguración de la exposición de Oldenburg, que es el martes, 30 de octubre.

Corrige en la noticia CT7008, en el segundo párrafo, la fecha de la inauguración de la exposición de Oldenburg, que es el martes, 30 de octubre.

Bilbao, 28 oct.- El artista Claes Oldenburg (Estocolmo, 1929), considerado uno de los padres del arte pop, cree que los fructíferos y creativos años sesenta en cuanto a expresión artística "se están desarrollando aún" décadas después, según ha reflexionado en una entrevista con Efe.

Desde el próximo martes puede verse en el Museo Guggenheim Bilbao la muestra más amplia dedicada en España a la obra realizada por este artista en los años sesenta, con cerca de 300 obras que constituyen irónicas y profundas representaciones de objetos cotidianos de la época y que ha sido organizada conjuntamente con el museo Mumok de Viena.

Oldenburg, que contribuyó enormemente a la renovación de la escena artística norteamericana y ha sido clasificado como un artista fundamental de la performance, el arte de la instalación y el arte pop, ha puesto de manifiesto que los años sesenta fueron "muy creativos".

Según ha recordado, los artistas "asumían riesgos" y exploraban nuevas maneras de creación artística en una época que "abrió el mundo del arte" y en la que se podía hacer "casi cualquier cosa".

"Diría que era un cambio que pasaba de la abstracción a una especie de realismo, pero era un realismo muy abierto", ha indicado el artista, quien ha explicado que en su proceso creativo utiliza los objetos, pero siempre los modifica.

Tras insistir en que la década citada fue un período "muy libre, donde podías intentar o probar cualquier cosa", el artista ha considerado que "los sesenta se están desarrollando aún".

Como ejemplo de ello, ha señalado al perro "Puppy", la gran escultura floral del artista norteamericano Jeff Koons que se exhibe en la explanada que da acceso al Guggenheim Bilbao y que, a su juicio, es un "desarrollo de lo que se hacía en los años sesenta".

Respecto al arte actual, Oldenburg ha afirmado no ser "un buen portavoz para hablar del arte contemporáneo" y ha indicado que es muy difícil considerar que no constituyen arte "muchas cosas diferentes" que se están haciendo hoy en día, como las instalaciones en las que "basta meter unos muebles en una habitación y dejar unas tazas sobre una mesa y, a continuación, lo llamas arte".

En su opinión, se debe esperar que transcurran unos años ya que "cosas que parecían muy importantes desaparecen y lo que sobrevive es lo que realmente se convierte en arte y es muy difícil saber cuándo se produce esa transición".

Desde hace años Oldenburg ha trabajado en la creación de gigantescas esculturas de objetos de consumo, instaladas en lugares públicos y concebidas en asociación con su esposa, Cossje van Bruggen, ya fallecida, desde la consideración de que es importante que el arte salga de los museos.

Una exposición en una galería o en un museo "dura un mes" y después la obra "se va a la casa" de su propietario.

"Mi esposa y yo decidimos crear una obra que siempre fuera visible", ha afirmado el artista, quien ha evidenciado que si la pieza creada es buena se convierte en "símbolo" e "icono" del lugar en el que se ubica.

Tras la muerte de su mujer, el artista ha seguido trabajando en este tipo de proyectos -el pasado año creó una pieza para Filadelfia (Estados Unidos)-, pero, según ha confesado, "es difícil trabajar sin ella".

"Tuvimos una relación muy estrecha a la hora de crear estas obras y ahora ya no tengo a nadie a quién decirle '¿qué te parece esto?', así que tengo que asumir solo toda la responsabilidad", ha explicado.

En la actualidad, Oldenburg no trabaja en ningún proyecto de las dimensiones citadas, aunque sí en obras más pequeñas.

Le gustaría, sin embargo, "hacer algo" a partir de los "muchos dibujos" e ideas que tiene para crear esculturas. "Me encantaría hacer algo, pero también estoy cada vez más mayor", ha confesado.

Pero pese a todo, asegura que estaría encantado de ubicar una de sus grandes obras en Bilbao y se muestra encantado de la exposición programada en el Guggenheim bilbaíno, a cuya inauguración asistió.

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