Oreja para el novillero Fernando Rey en otro deslucido festejo

  • Paco Aguado.

Paco Aguado.

Zaragoza, 8 oct.- El diestro malagueño Fernando Rey cortó la única oreja de la novillada mixta celebrada hoy con motivo de la feria del Pilar de Zaragoza, otro festejo deslucido por el ganado y con escasa asistencia de público a los tendidos.

FICHA DEL FESTEJO:

Cuatro novillos utreros de Santafé Martón (dos de ellos como sobreros al devolverse sendos titulares por flojos), desigualmente presentados y de poco juego por falta de fuerzas. Y dos novillos erales de Valrubio, también desiguales, bravo el primero y rajado el otro.

Roberto Blanco, que sustituía a Cayetano Ortiz: metisaca en los bajos y estocada trasera caída (silencio); estocada trasera desprendida y descabello (silencio tras aviso).

Fernando Rey: estocada tendida caída (oreja); estocada (silencio).

El becerrista Juan Torres "Juanito": pinchazo bajo y estocada (ovación tras aviso); pinchazo hondo y estocada trasera (silencio tras aviso).

Saludaron en banderillas Cristian Bolaños y José Antonio Prestel, en el segundo, y Venturita y Diego García, en el cuarto. Prestel fue atendido y escayolado en la enfermería por una lesión en el pulgar de su mano derecha.

Muy floja entrada en los tendidos (unos 1.000 espectadores), en el segundo festejo de la feria del Pilar.

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SIN AMBIENTE Y SIN MOTIVOS

La feria taurina del Pilar sigue sin levantar el vuelo. En un día laborable como el de hoy, y con los altos precios de taquilla, el público sigue sin acudir a los tendidos, esperando los festejos más atractivos del fin de semana.

Falta ambiente en el graderío, pero también en el ruedo faltan motivos para el entusiasmo, porque la extraña novillada mixta de hoy -con la lidia de cuatro utreros y de dos erales, unos picados y otros no- tampoco provocó fuertes ovaciones.

La causa principal fueron las escasas fuerzas de los novillos de la ganadería navarra de Santafé Martón. Bien presentados todos -con dos sobreros con volumen y trapío de toros-, los utreros acusaron una evidente flojera, doblando las manos y defendiéndose ya en los primeros lances de capa.

Dos de ellos fueron devueltos por su invalidez, pero los que se quedaron en el ruedo tuvieron una actitud defensiva o aplomada, sin apenas continuidad en las embestidas. La única excepción fue el segundo, que también flojeó pero se fue asentando en la arena por el intligente planteamiento de faena de Fernando Rey.

El novillero malagueño le llevó toreado siempre a media altura y en líneas paralelas, lo que ayudó al animal a equilibrarse y a sacar su mejor fondo. Logró así momentos de cierta calidad al torear al natural, aunque el conjunto estuvo dominado por un punto de ansiedad que le restó reposo.

Con todo, como tal excepción, el trasteo se premió con la única oreja de la tarde. Después, con un segundo sobrero muy cuajado que se defendió con secos tornillazos, Rey no perdió demasiado tiempo.

El primero de la tarde fue un novillo endeble y afligido con el que Roberto Blanco insistió para obtener el único resultado de una seria voltereta. El cuarto se movió algo más y con una punta de genio antes de perder celo, y el salmantino se dilató con él en una faena tan voluntariosa como deslavazada.

Cerraba el cartel el becerrista local Juanito, que se mostró igual de animoso con sus dos erales de Valrubio, un primero bravo e incansable que acabó pesándole y un sexto rajado al que sujetó en la muleta más tiempo del sospechado.

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