Paco Delgado, diseñando vestuario en Hollywood y vendiendo ropa en Madrid

  • Mateo Sancho Cardiel.

Mateo Sancho Cardiel.

Madrid, 23 dic.- Hollywood y Madrid tienen, al menos, un factor común: Paco Delgado, diseñador de vestuario habitual de Almodóvar cuya "puesta de largo" en Estados Unidos llega con "Los miserables", y dueño junto a su socio Bernardo Corachán de una pequeña tienda de ropa y "objetos perdidos" en la capital española.

Capaz de abarcar la amplia gama que va desde los uniformes del ejército decimonónico francés a los desarrapados que dieron título a la célebre novela de Víctor Hugo, Delgado ha deslumbrado al mismísimo Hollywood con su trabajo para la nueva película del oscarizado director de "El discurso del rey", Tom Hooper.

"En el fondo todo es igual. El cine es prácticamente lo mismo en cualquier sitio. Tiene los mismos problemas, se encuentra con las mismas dificultades y tiene las mismas satisfacciones. Aunque, eso sí, esta película fue un bombón increíble. No me quito mérito", explica a Efe Delgado, quien viste a Hugh Jackman, Anne Hathaway, Russel Crowe y Sacha Baron Cohen en su último trabajo.

No es de extrañar que este hombre fascinado por los colores naciera en medio del radical cromatismo de la isla canaria de Lanzarote, en el Atlántico, donde las hierbas verdes germinan sobre la tierra negra del volcán y las arcillas rojas desembocan en una playa de arena blanca.

"El color es una cosa superimportante. Por la mañana tú mismo te vistes de una manera diferente o no dependiendo de tu estado de ánimo o con el tipo de mundo al que te vas a enfrentar. Hay una intencionalidad en la forma y el color en la vida cotidiana, imagínate para contar una historia", explica un diseñador que compartió créditos con Jean Paul Gaultier en "La piel que habito".

Para "Los miserables", que parte como una de las favoritas para los próximos premios Óscar, Delgado bebió tanto de la poderosa capacidad descriptiva de Víctor Hugo como del mundo de fantasía de la tradición del teatro musical, así como de pintores como Goya, Delacroix, Ingres o Jean-Louis David.

"El reto era encontrar el balance entre el realismo de la historia tremenda, de miseria y pobreza, y también tener que pensar que es un musical, que hay una estilización de la realidad, porque nadie va cantando por la calle", explica.

Y entre la fábrica de sueños del cine y la realidad de tratar a los clientes que día a día pasean por su tienda Femisa en la calle Corredera Baja de San Pablo vive Delgado, quien vende ropa de otros diseñadores en la planta calle y prepara sus bocetos y tiene su taller en el sótano.

"Un diseñador de moda parte de una idea que es trabajar desde tu interior y sacar al exterior lo que consideras que son las propuestas que la gente se puede poner en el exterior. Yo trabajo todo lo contrario", afirma.

"Miro qué es lo que se ha propuesto en el exterior, lo que lleva la gente en la calle, lo mastico y con eso convierto en un vestuario para un personaje. Son dos disciplinas no diría hermanas gemelas, pero quizá mellizas. Hay una diferencia importante", explica.

Se muestra reticente a hablar de la nominación al Óscar que todo el mundo se empeña en atribuirle, pero sí que asegura que Hollywood no será su lugar de residencia.

"Tengo muy claro que uno de mis lugares es mi país, que es España. Las historias que se cuentan aquí son las historias que me llegan. No quiere decir que no me interesen proyectos de esta escala y que tengan unos valores universales que nos atañen a todos", asegura, y solo tiene buenas palabras para Pedro Almodóvar ("sabe perfectamente lo que quiere", dice) y con quien trabajó por primera vez en "La mala educación".

Aunque es consciente de lo vistoso del resultado de una película de época como "Los miserables", subraya que es más meritorio para él haber recreado la Barcelona contemporánea y marginal en "Biutiful", de Alejandro González Iñárritu.

"Cualquier persona que trabaje en este mundo te puede decir que el vestuario contemporáneo es tan difícil o más que el de época. La época tiene una parte muy difícil, de reproducción de algo que ya no existe, pero te permite por la lejanía recoger las cosas que consideras más interesantes para poder expresar ese personaje", razona.

"La ropa contemporánea está aquí y no tenemos distancia entre nosotros y ella. Muchas veces es mucho más sutil poder explicar ese personaje si es actual. Si miro a hace cinco años soy incapaz de decirte cuáles son las formas o lo que determina ese vestuario", concluye.

Mostrar comentarios