Paco Ureña salva una tarde tediosa en la segunda corrida de feria en Murcia

  • El matador de toros Paco Ureña, de Lorca (Murcia), fue el triunfador de la segunda corrida de toros de la feria de Murcia, en la que cortó las dos únicas orejas del festejo, lo que le permitió salir a hombros por la puerta grande.

Murcia, 15 sep.- El matador de toros Paco Ureña, de Lorca (Murcia), fue el triunfador de la segunda corrida de toros de la feria de Murcia, en la que cortó las dos únicas orejas del festejo, lo que le permitió salir a hombros por la puerta grande.

FICHA DEL FESTEJO.- Cinco toros de Parladé y uno con el hierro de Juan Pedro Domecq, lidiado en segundo lugar, bien presentados, pero faltos de casta y sin transmisión, excepto tercero y sexto, que sirvieron algo más.

Rafael Rubio "Rafaelillo": gran estocada (vuelta al ruedo tras petición) en el único toro que mató, al tener que ser apuntillado su segundo en el ruedo nada más iniciar la faena.

Sebastián Castella: media caída y descabello (ovación tras petición), y media ligeramente caída y tres descabellos (silencio).

Paco Ureña: media tendida y descabello (ovación tras dos avisos), y estocada (dos orejas).

La plaza tuvo algo menos de media entrada.

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LA EMOCIÓN LLEGÓ AL FINAL

La tarde se había puesto cuesta arriba, y el aburrimiento era la nota general en los tendidos del coso de La Condomina, que sólo vio algo de luz en el que hizo tercero, en el que el triunfador del festejo, Ureña, ejecutó unas excelentes tandas de muletazos y de naturales con ligazón, verticalidad y temple.

La lidia quizá habría sido merecedora de cortar un trofeo, que la afición solicitó, aunque la presidencia se negó a conceder.

Pero el triunfo rotundo del torero lorquino llegó con el que cerraba plaza, que había salido con malos principios, frenándose ante el capote, pero que luego contribuyó en gran medida al éxito del espada.

Ureña toreó de una forma excelente, dejando que el toro se arrancara de lejos, embarcándolo luego en la embestida y dibujando muletazos y naturales interminables, que el público supo agradecer y premiar con las dos orejas, que, esta vez sí, el presidente no pudo negar.

El otro murciano de la terna, Rafaelillo, que el año pasado fue el triunfador de la feria al indultar un toro, tuvo hoy la suerte de espaldas, porque en su primero, un astado sin clase ni raza que carecía de transmisión, lo tuvo que hacer todo él a fuerza de mucha entrega, pero sin recompensa.

En el cuarto, las cosas fueron aún a peor, porque tras unos muletazos de tanteo, el de Juan Pedro Domecq se echó en la arena y no hubo forma de levantarlo, por lo que tuvo que se apuntillado en el ruedo.

Tampoco tuvo suerte con su lote el francés Sebastián Castella, aunque lo intentó; gracias a su buena voluntad se pudieron ver algunos detalles sueltos, pero sin que la lidia de ambos toros fuera a más ni tuviera la menor repercusión. EFE

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