Padilla: "Lo importante ha sido disfrutar con veinte pases"

Madrid.- Juan José Padilla, que regresaba a Madrid después de tres años sin actuar en su plaza, llevó a cabo lo mejor de la tarde de hoy, e incluso a punto estuvo de cortar una oreja de su segundo toro, aunque para él, "lo importante ha sido reencontrarme con el público y disfrutar con veinte pases".

"Me voy muy contento porque venía a cumplir con mi misión que era volver a conectar con esta afición y disculparme por aquel enfrentamiento que tuve en el pasado con cierto sector, que aunque todavía sigue un poco enfadado, espero que poco a poco se vaya olvidando. A mí por lo menos ya se me ha olvidado", confesó Padilla.

Padilla mantuvo un enfrentamiento gestual en el año 2006 con "el siete", un sector que aún le guarda cierto rencor a tenor de los gritos y pancartas que mostraron durante el festejo, aunque el resto de los tendidos le arroparon, vibrando incluso con él durante su segunda faena.

"En ese momento es verdad que lo he visto muy entregado. Con mi primero me ha costado mostrar mis armas, pero con el otro no quería que en ningún momento se me fuera la oportunidad. Le he pegado tres largas cambiadas, he utilizado luego las banderillas, en fin, todo mi repertorio", afirmó.

"Creo que a Madrid -prosiguió Padilla- hay que venir a cumplir con nuestros compromisos fieles a nuestra forma de torear. Al que le guste, bien; y al que no, pues lo siento mucho. Pero hoy cuando el público ha visto mi entrega, que el toro respondía, y que los muletazos han surgido muy lentos, ha habido una buena respuesta; y ese calor y esos olés son para mi especiales".

Sobre ese segundo toro de su lote, cuarto del festejo, Padilla aseguró que "me he encontrado a gusto, relajado, e incluso me he abandonado un poquito. El toro humillaba y tiraba para adelante, y he sentido una sensación muy grata; de verdad que muy importante para mi porque llevaba mucho tiempo soñando con volver a Las Ventas, y hacerlo así, disfrutando", dijo finalmente.

Otro torero que logró apuntes interesantes en la tarde fue Iván García con el que cerró plaza, "un toro extraordinario, sobre todo por el pitón izquierdo", con el que el madrileño se soltó para lograr "pases muy buenos y profundos; como suele decirse, sentirme torero".

Pero también hubo un momento para la sinceridad, pues a pesar de haberse sentido "a gusto" toreando a ese sexto toro, también "he acusado el no torear. Cuando se torea tan poco se pierde confianza y se pierde todo, y así es muy complicado", concluyó.

El peor parado, Luis Miguel Encabo que se lamentó de la poca colaboración de sus toros y de la poca sensibilidad de la afición al no saber valorar "lo difícil que es para un torero ponerse delante de dos toros como los que me han tocado hoy", dijo.

"Mi primero ha sido manso de libro, muy difícil, siempre reculando hacia tablas; imposible. Y el otro ha tenido un problema claro en la vista desde salida, haciendo cosas muy raras, sin atender los engaños. Quiero pensar que algún aficionado lo haya visto; esto es Madrid, por eso no entiendo que se pongan tan en contra mía ante semejante 'regalo'", finalizó Encabo.