En la madrugada posterior a los Reyes Magos en España, al otro lado del Atlántico se ha celebrado una de las galas más importantes del año. Este domingo se entregaron los Globos de Oro, los premios del cine y la televisión más importantes de Estados Unidos después de los Oscar. Una ceremonia que se considera la antesala de los grandes galardones de la meca del cine y que sirve para dar pistas de quiénes se alzarán posteriormente con las ansiadas estatuillas doradas.
Como en toda gala de este calibre, una de las cosas que más interés despierta es la alfombra roja, por la que se pasean los nominados e invitados antes de que empiece el show. El pasado año, este paseillo se tiño de negro como forma de protesta por parte de las actrices ante los abusos sexuales en esta industria, los cuales se destaparon con el caso Weinsten. Esta llamada a la acción fue el inicio del 'Me Too', que ha sentado las bases de la oleada feminista en todo el mundo. Si bien este 2019 todo ha cambiado y las actrices le han dado más colorido a sus looks.
La edición de 2019, además, tenía bastante interés en España, ya que teníamos a dos nominados españoles. Por un lado, Penélope Cruz, nominada por su papel de Donatella Versace en la serie que recrea la vida del fallecido diseñador Gianni Versace, y Antonio Banderas, por su papel de Pablo Picasso en la serie 'Genius Picasso'. Ambos se han ido de vacío, y, además, por primera vez en mucho tiempo también en cuestiones de estilo. Porque el look escogido por Penélope no le hacía nada de justicia. Con un vestido negro tornasolado con lazada en el cuello de la firma Ralph & Russo, la española no brilló como de costumbre. Siendo como es embajadora de Chanel, es raro que en una noche como esta no se ha ya decantado por la 'maison' francesa, que siempre hace para ella las mejores creaciones.
En general, la alfombra roja de este año ha sido bastante descafeinada, con looks muy sencillos que nos dejan con la miel en los labios y con las ganas de ver más de cara a los Oscar, donde seguramente las estrellas den el 100% en su vestuario. Pero para destacar en esta noche -y para demostrar que a sus más de 50 años todavía no tiene rival- estaba Julia Roberts, que deslumbró con un conjunto de top y pantalón en beige y negro de Stella McCartney. La novia de América sigue siendo ella.
Otra que apostó por el bicolor y también triunfó, aunque en su caso es blanco y negro, fue Charlize Theron. La sudafricana se enfundó un Dior, firma de la que es imagen, sin mangas con lazada en el cuello y falda de corte sirena con el que estaba radiante.
Por su parte, Saoirse Ronan también dejó un buen sabor de boca con su apuesta para los Globos de Oro. Con un vestido de Gucci de escote pronunciado totalmente metalizado y su peinado estilo 'wet' -mojado- destacó sobre el resto.
Los que arriesgan, gana, dice el refrán. Y eso es lo que hizo la actriz Emily Blunt anoche. Con un vestido de crochet plateado firmado por Alexander McQueen, la protagonista de 'Mary Poppins' estaba impresionante.
Pero si hubo una protagonista en esta gala fue Lady Gaga. La cantante y actriz se llevó la única estatuilla por la película 'Ha nacido una estrella', que era una de las favoritas de la noche. Y, fiel a su excéntrico estilo, Gaga apostó por un total look en azul, pero completamente, ya que llevaba hasta el pelo teñido de azul bebé. La pomposa creación era obra de Valentino y, aunque es un vestido muy complicado, lo defendió como nadie.
Una mujer que no suele colarse en este tipo de listados de mejor vestidas, pero que anoche estaba soberbia, es Sandra Oh. Con un vestido blanco de Armani de escote asimétrico y un peinado años 50 demostró que no hace falta mucho más para estar absolutamente perfecta. La presentadora de la gala de este año hizo del blanco su color de la suerte, porque fue el mismo color que lució en otro vestido -este de manga larga abullonada en dorado- para recoger su galardón por 'Killing Eve'. Sensacional.
Aunque su estilismo no era el mejor para una alfombra roja de este calibre -demasiado escotado y evidente-, su absoluta belleza logra elevar cualquier cosa que se ponga. La modelo Irina Shayk acudió a la gala para acompañar a su pareja, el actor Bradley Cooper, con un vestido dorado del Atelier Versace con el que parecía una diosa.
Los looks de princesa no pueden faltar en unos Globos de Oro. Y allí estaba Dakota Fanning, que también se decantó por el azul, con su palabra de honor repleto de lazos en la espalda firmado por Armani Privé. Aunque no es un vestido espectacular, lo defendió estupendamente.
Poco pareció importarle a Rachel Brosnahan la mala fama que tiene el amarillo en el mundo del cine. Porque la actriz hizo de su capa un sayo y se puso un sencillo Prada de tirantes en este color con el que destacó entre la multitud por su atrevimiento, elegancia y clase. Además, desafió a la suerte y venció, porque se hizo con el Globo de Oro a la mejor actriz de serie cómica.
Por último, destacamos a Kristen Bell que, aunque no llevaba un look espectacular, demostró que con muy poco se puede brillar en una alfombra roja. Vestido con escotazo de Zuhair Murad en color rosa empolvado y peinado con ondas años 50.
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