Películas que recuerdan el mejor verano de tu vida

  • Un grupo de amigos que hace tiempo que no se ven. Una reunión. Un hecho trágico (o no). Cuestiones trascendentales. Y mucha, mucha nostalgia. Esos son los ingredientes para una buena historia de reencuentros. A la inolvidable lista donde figuran 'Los amigos de Peter' o 'Héroes' se une hoy 'Pequeñas mentiras sin importancia', dirigida por el actor francés Guillaume Canet.
Tráiler de 'Pequeñas mentiras sin importancia'
Tráiler de 'Pequeñas mentiras sin importancia'
lainformacion.com
M. J. Arias

Cuando se piensa en películas en las que un grupo de amigos se reencuentra, hay dos que suelen venir a la mente con cierta rapidez y ambas relativamente recientes. Depende de la generación a la que se pertenezca, una es Reencuentro (1983), de Lawrence Kasdan, y la otra Los amigos de Peter (1992), de Kenneth Branagh. Siguiendo la línea marcada por estas dos se encuentra Pequeñas mentiras sin importancia, una francesa que se estrena esta semana y que viene precedida por las buenas críticas.

Reencuentro es la considerada por muchos como la que ha servido de inspiración al resto, la que abrió la veda y el espejo en el que todas se miran. Lo ha reconocido el propio director de Pequeñas mentiras sin importancia. "Me he inspirado abiertamente en películas de grupos de amigos, en hermosas historias como Reencuentro, que es sin duda mi mayor referencia" explicaba Guillaume Canet al hablar de su película. Pero añade que hay otras como la francesa Mes meilleurs copains que también le han influido en cierta manera.

Reencuentro gira en torno al funeral organizado por el matrimonio que componen Kevin Kline y Glenn Close. Los amigos del fallecido, que se ha suicidado, son convocados para darle un último adiós resultando de ello un grupo de lo más variopinto. Hay un actor (Tom Berenger), una actriz soltera con el reloj biológico disparado (Mary Kay Place), una casada insatisfecha (Jobeth Williams), un traficante (William Hurt) y un periodista (Jeff Goldblum). En este reencuentro de amigos salen a relucir problemas, frustraciones, sueños no cumplidos y la nostalgia les invade a todos en busca de un camino con el que reconducir su existencia.

Nueve años después de aquella, Keneth Branagh decidió convocar a todos los viejos amigos de Peter en la mansión de este para pasar un fin de semana. El resultado es Los amigos de Peter, una película con la amistad, los sueños, el pasado, los temores y la nostalgia como temas centrales. Una reunión que servirá para que algunos se encuentren también a sí mismos y pongan en orden sus vidas. Después de todo, eso es lo que buscan.

Lágrimas y sonrisas a partes iguales

Las historias de amigos que se vuelven a ver en el cine no es todavía una categoría en sí misma. Es un fenómeno relativamente reciente–no viene a la mente ninguna más allá de los ochenta– y aún son pocas las que han visto la luz. Lo más importante para que funcione un argumento como este es saber conjugar lágrimas y sonrisas e introducir un elemento imprescindible para que todo encaje: la nostalgia. La de los protagonistas, pero sobre todo la del espectador. Si ese sentimiento de añoranza que hace pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor se despierta, el camino marcado por el guión es el correcto.

Por eso funciona la española Héroes, una joya fílmica que toca la fibra sensible del espectador. "¿No recuerdas un verano como el más importante de tu vida?", pregunta una autoestopista treintañera al estirado desconocido con el que viaja. Es el comienzo de un viaje emocional que reivindica la inocencia y la sencillez de otra época. Pantalones cortos, bicicletas, juegos en el campo, bocatas para merendar… y una musiquilla 'ad hoc' para que todo el espectador entre en el juego. Simple y llanamente, nostalgia. Porque Héroes está pensada para una generación, la que creció con Naranjito y el bocata de pan con chocolate. La que pasaba sus veranos en el pueblo, con esos amigos a los que solo se veía en vacaciones.

Española es también En septiembre (1982). Este título es anterior a Reencuentro, aunque con muchísima menos repercusión y que es fácil pasar por alto cuando se repasan las películas de amigos. Dirigida por Jaime de Armiñán, cuenta en el elenco con nombres como los de Amparo Baró, María Luisa Merlo, Agustín González o Álvaro de Luna. Un grupo de antiguos alumnos de un colegio que décadas después y en un ataque agudo de nostalgia decide rememorar los míticos viajes en bicicleta por la sierra de Guadarrama. Con muchos años más y menos agilidad, solo nueve de ellos se atreven a hacerlo, por los viejos tiempos.

Las reuniones de antiguos alumnos son muy típicas de Estados Unidos, donde gustan este tipo de eventos sociales traumáticos para aquellos que no consiguieron superar la etapa de 'nerds' en el instituto. En Beautiful Girls, Willie Conway (Timothy Hutton) regresa a su lugar de origen una década después de su graduación para la fiesta conmemorativa. Este tropiezo con el pasado y con los viejos amigos le hace replantearse muchas cosas hasta acabar enamorándose de una niña de 13 años (Natalie Portman). Una crisis de los 30 en toda regla. En The Lost Coast (2008) quienes coinciden después de años son un pequeño grupo de antiguos compañeros de clase en la que dos de ellos deberán enfrentare a una relación pasada que mantuvieron. Uno de ellos es homosexual. Él otro, no.

Gamberrismo por los viejos tiempos

Aunque la tónica es este tipo de reencuentros entre amigos de la infancia suele contarse en un tono que combina la lágrima con la risa, hay ejemplos en los que la comedia pura es su único objetivo. En este marco se mueven dos comedias que nada tienen que ver con las películas antes mencionadas más allá de que son amigos que se ven después de mucho tiempo y de que a todos les domina la nostalgia. El tono, por lo demás, es bastante diferente. En Niños grandes (2010), cinco amigos y excompañeros se reúnen para acudir al funeral de su entrenador de baloncesto. Juntos pasarán el fin de semana del 4 de julio. Con Adam Sadler entre los protagonistas, la cosa no puede ser seria.

Más o menos en la misma línea que Niños grandes se mueve Jacuzzi al pasado (2010). Hace 20 años pasaron un fin de semana increíble en un hotel de montaña y deciden rememorarlo. Más ajados y con muchos más problemas a sus espaldas, no pensaban cuando se metieron en el jacuzzi para disfrutar de un momento de relax que acabarían viajando en el tiempo. En sus manos está cambiar lo que ocurrió entonces, enmendar errores o, simplemente, dejar las cosas como están.

Una que llegará pronto y que promete ser tan gamberra como sus predecesoras es la cuarta entrega de la saga que abrió American Pie. En American Reunion, los habituales se verán de nuevo las caras y podrá como han cambiado sus vidas después de 'asentar' la cabeza.

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