Emocionante prueba

Pepe Rodríguez y Tamara Falcó, al borde de las lágrimas en ‘Masterchef’

Pepe Rodríguez y Tamara Falcó, al borde de las lágrimas en ‘Masterchef’.
Pepe Rodríguez y Tamara Falcó, al borde de las lágrimas en ‘Masterchef’.

 Tamara Falcó visitaba este lunes los fogones de la octava edición de ‘Masterchef’. “Me hace mucha ilusión volver”, confesaba. La última ganadora de la versión ‘celebrity’ del concurso acudía para aconsejar a los aspirantes, que se enfrentaban a una curiosa primera prueba de la noche. La segunda gala del concurso pedía a los 16 participantes a “retratarse” a través de sus creaciones culinarias. Esta prueba cobraba especial sentido después de que Luna asegurara que “hay aspirantes que todavía no se han mostrado tal y como son”. Y, como ejemplo de esta afirmación, señalaba a Fidel.

Con 90 minutos como tiempo máximo, los aspirantes debían “jugar con la policromía” para hacer “un plato que hable ellos”, como así comentaban los jueces del programa, Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera. Tamara Falcó, mientras se pasaba por los fogones de los discípulos, confesaba que tras participar en el programa se anima más a cocinar, aunque la cocina de vanguardia que realiza no tiene mucho éxito en casa de su madre, Isabel Presley. "Sigue prefiriendo la comida de Ramona", comentaba Tamara en referencia a la cocinera de su madre.

Durante las valoraciones del jurado han destacado algunos concursantes y no solo por sus platos. Michael emocionaba al jurado hasta casi llegar a las lágrimas después de contar cómo su madre le echó de casa al confesarle que era gay. Durante más de un mes sobrevivió gracias a la ayuda de una vecina, que le daba de comer “patatas fritas y agua”. Otra concursante con una emotiva historia era Juana, de 74 años, que a través del color negro de su plato recordaba el luto que guarda desde hace siete años, tras la muerte de su marido. Muy emocionada, casi sin poder hablar, confesaba que uno de sus sueños es conocer en el programa a Cayetano Martínez de Irujo. "Si no te traen a Cayetano, te lo presento yo", le aseguraba Tamara Falcó.

Finalmente, Arienne y Rosa como las mejores aspirantes de la prueba. Tras este reto, el programa viajaba hasta la localidad malagueña de Frigiliana, que acoge la única fábrica de miel de caña de Europa. Samantha sorprendía a sus compañeros del jurado a lomos de una mula, dando comienzo así a la prueba grupal de la semana. Los equipos estaban liderados por Rosa, que elegía a Sonsoles, Sara Lua, Teresa, Juana, Rosa, Fidel y Andy como compañeros; y por Adrienne, que hacía lo propio con Luna, Saray, José Mari, Iván, Michael, Mónica y Alberto.

Con el reto de dar de comer a un centenar de comensales, los concursantes se ponían manos a la obra. El chef Benito Gómez, con dos estrellas Michelin, visitaba el programa para supervisar la prueba. Y no era el único cocino de renombre que acudía a la llamada del programa. El chef Ángel León, con tres estrellas Michelin, era el encargado de aconsejar a los participantes con la siguiente prueba. León es uno de los cocineros que más saben sobre la elaboración culinaria de las vísceras de los pescados. Por ello, los aspirantes debían hacer una propuesta con ingredientes como hígado de rape, tripas de bacalao, piel de rape, escamas de salmonete o espina de boquerón.

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