Perera indulta un gran toro de Daniel Ruiz en Albacete, a hombros con El Juli

  • El diestro Miguel Ángel Perera cuajó una importante tarde de toros hoy en Albacete, al indultar al sexto astado de Daniel Ruiz, y salir a hombros junto a Julián López "El Juli", que cortó una oreja de cada toro de su lote.

Albacete, 10 sep.- El diestro Miguel Ángel Perera cuajó una importante tarde de toros hoy en Albacete, al indultar al sexto astado de Daniel Ruiz, y salir a hombros junto a Julián López "El Juli", que cortó una oreja de cada toro de su lote.

FICHA DEL FESTEJO.- Dos toros para rejones de Hermanos Sampedro, de entre los que sobresalió el cuarto; y cuatro en lidia ordinaria de Daniel Ruiz, bien presentados y de juego variado. Los mejores, quinto, aplaudido en el arrastre, y, sobre todo, el sexto, número 66, de nombre "Pescadero", nacido en enero de 2009, negro de capa, y que dio 530 kilos en la báscula, que fue indultado.

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza: rejón caído (silencio); y rejón (oreja).

Julián López "El Juli": estocada (oreja); y pinchazo y estocada ligeramente trasera (oreja tras aviso).

Miguel Ángel Perera: pinchazo y estocada (oreja); y sin llegar a emular la muerte al ser indultado el toro (dos orejas simbólicas).

La plaza rozó el lleno en tarde soleada y de temperatura agradable

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UN TÁNDEM PERFECTO

A Pablo Hermoso de Mendoza, que nada pudo hacer con su manso y remiso primero, llevó a cabo una notable faena al cuarto, en la que demostró una gran maestría de la doma, y en la que destacó montando a "Disparate" y a "Dali". Cortó una oreja.

"El Juli" instrumentó dos faenas de buen corte a sus dos toros, aunque basadas en diferentes pitones. A su primero lo cuajó sobremanera por el derecho, mientras que al quinto le hizo una labor de alta nota al natural. Paseó un apéndice al término de cada una de ellas.

Perera anduvo a buen nivel con su primero, al que cortó un apéndice, pero lo grande vino en el sexto, un gran toro de Daniel Ruiz al que el extremeño cuajó una faena maciza, rotunda y muy completa sobre ambas manos, que provocó el delirio de los tendidos, y que acabó con el indulto del astado.

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