Perera y Campos salen a hombros en Badajoz

  • Los toreros pacenses Miguel Ángel Perera y Tomas Campos salieron a hombros de la Plaza de Toros de Badajoz en la segunda corrida de la Feria de San Juan, en la que Morante de la Puebla y El Juli fueron premiados con sendas orejas.

Fernando Masedo Torres

Badajoz, 22 jun.- Los toreros pacenses Miguel Ángel Perera y Tomas Campos salieron a hombros de la Plaza de Toros de Badajoz en la segunda corrida de la Feria de San Juan, en la que Morante de la Puebla y El Juli fueron premiados con sendas orejas.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Garcigrande, dos de ellos del hierro de la casa Domingo Hernández, lidiados en quinto y sexto lugar. Los ocho de aceptable presentación y no demasiado juego, sosotes, carentes de casta y hasta flojos, excepto el quinto, séptimo y octavo que fueron aplaudidos.

Morante de la Puebla, ovación y una oreja.

Julián López "El Juli", una oreja y saludos.

Miguel Ángel Peresa, saludos y dos orejas.

Tomás Campos, dos orejas y silencio.

La plaza registró tres tercios de su aforo, unas 7.000 personas. Tarde ventosa y fresca.

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El SUEÑO CUMPLIDO DEL DEBUTANTE

A Morante de la Puebla le tocó en suerte un toro con la defensa apuntando hacia el cielo, que lanceó con suavidad molestado por el viento. El toro salió del caballo venciéndose por el pitón izquierdo y se atrincheró en tablas.

Probó por trincheras sabrosamente toreras, cambio de terrenos y le extrajo una serie corta de naturales, de trazos de cartel de toros, hasta que echó la cara arriba, lo que no fue óbice para que el torero firmara la obra con una estocada de efecto rápido.

Con el quinto de la tarde, de nombre "Bonachón", el astado hizo honor a su nombre haciendo fácil el lucimiento del matador, que fue largamente aplaudido.

El Juli apechó con un toro que salió con mucho ímpetu y sin fijeza. El torero expuso y lo metió la muleta logrando series aplaudidas. Sin embargo, no logró la puerta grande que buscaba porque el toro no se lo permitió.

Con el sexto, distraído y no con demasiada fuerza, lo probó por bajo, lo buscó los terrenos, lo llevó con buen son, pero el toro le protestaba, metiendo la cabeza con brusquedad y desluciendo la labor del matador, que no logró el triunfo que merecía.

Perera se lució con el capote con un toro que no le dio muchas facilidades y la faena careció de vibración a pesar de la buena voluntad del torero.

Con el segundo de su lote, que salió distraído y corretón, logró fijarlo hasta conseguir una faena en torero, mostrando su buen momento. Mató de forma casi fulminante y se le concedieron las dos orejas. El presidente fue abroncado por no conceder el rabo.

Campos tomó la alternativa con el toro "Pícaro", de 505 kilos, soso y sin transmisión, pero con cara y buena presentación, al que lanceó con soltura antes de que Morante de la Puebla lo doctorara en presencia de El Juli y Perera.

Le brindó el toro a su madre, presente en un tendido, y se fue decidido hacia el animal molestado por el viento. Logró meterlo en los flecos de su muleta ofreciendo una faena lucida que arrancó los aplausos de un publico entregando.

Faena limpia y de verdad, un tanto carente de emoción porque el toro transmitía poco. Remató con una estocada casi fulminante.

Con la puerta grande asegurada, las condiciones del animal y el final de una corrida de tres horas, hizo a su segundo una faena breve, pero agradable. No estuvo suficientemente acertado con la espada. EFE

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