La obra gira en torno al sargento de los Mossos d'Esquadra Jaume Fuentes y su compañero Santi Planes, que investigan el caso de un joven destripado en el centro de Barcelona, caso que se complicará pasando por distintas tramas propias de la novela negra que incluirán asesinos, mafia, corrupción, sexo y venganzas.
Llort se puso tres retos a la hora de escribir esta novela, la undécima de su trayectoria, con los que principalmente quería hacerse hueco en el género "negro y policial" en el que ya navegaba siguiendo esta vez sus pautas clásicas, para que el público le ubicara en él definitivamente.
Por eso en esta ocasión el periodista ha querido hacer algo más canónico dentro de la novela negra y policial, términos que Llort separa, donde por primera vez ha incluido a un policía como protagonista, y ha seguido un estilo más concreto, que ha dado luz a un "muestrario" del género en el que se pueden identificar todos sus elementos característicos.
SEGUIR SORPRENDIENDO
Otro de los retos de Llort era seguir siendo imprevisible, con sus característicos "golpes de timón" con los que gira la trama y crea un final inesperado, algo que ha confesado que es fruto de su improvisación a la hora de redactar, que le lleva a cambios de orientación espontáneos por no seguir un esquema concreto, que a él le aburre como escritor.
Tras publicar 10 novelas, el periodista ha abandonado la "intención intelectual" que le movía en sus primeras obras y se ha marcado como meta el escribir para pasarlo bien, centrándose en mejorar su estilo narrativo, un elemento al que le da la máxima importancia y que es el proceso que le parece más divertido.
UN AÑO DE CREACIÓN
Llort escribió la novela en tres semanas de vacaciones, centrándose en el "comienzo clásico" de su arranque, que es lo que más le ha costado, y que le ha llevado a indagar en los procedimientos policiales y a recorrer ciudades en las que transcurre la acción como Barcelona, Salt (Girona) y Mataró (Barcelona).
Todo el procedimiento ha durado finalmente un año, tras el que Llort ha sacado a la luz su novela más larga, en la que sigue trabajando su uso del catalán coloquial y con la que espera que le llegue la traducción de su obra que no ha conseguido en las diez anteriores.
Llort es un crítico abierto de la industria editorial y ha reivindicado la libertad de "no tener presión por escribir" que le permite cuidar su estilo y que le confiere trabajar en una editorial pequeña, razón que le ha llevado a abandonar RBA y unirse a AlRevés, editorial catalana a la que se incorpora en su colección de novela negra 'Crims.cat'.
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