Peter O'Toole, el retiro de un infatigable

  • Peter O'Toole, actor y bebedor infatigable en la mejor tradición británica, ha decidido dar por terminada una carrera plagada de momentos memorables, desde "Lawrence of Arabia" hasta "Venus" pasando por "Becket", y marcada por el récord de ocho infructuosas nominaciones al Óscar.

Mateo Sancho Cardiel

Redacción Cultura, 11 jul.- Peter O'Toole, actor y bebedor infatigable en la mejor tradición británica, ha decidido dar por terminada una carrera plagada de momentos memorables, desde "Lawrence of Arabia" hasta "Venus" pasando por "Becket", y marcada por el récord de ocho infructuosas nominaciones al Óscar.

"Me he quedado sin aliento, y no volverá" ha dicho en el comunicado de su retirada. Y si bien a esos 79 años fechados por él mismo -nunca se ha sabido con exactitud cuando nació- tiene más que justificación detener una trayectoria en la que ya no quedaban metas por cumplir, su anuncio ha sido sorprendente por venir de un carácter tan combativo y socarrón como el de O'Toole.

"Tirar la toalla", como él mismo ha dicho, no era lo esperable de quien pensó rechazar el Óscar honorífico en 2003 porque se sentía con fuerzas para ganarlo en competición -y a punto estuvo de lograrlo en 2007, cuando emergió con fuerza en "Venus"- o de quien dijo aquello de que "el único ejercicio que hago es andar detrás de los ataúdes de mis amigos que sí lo hacían".

Como toda una generación de grandísimos actores provenientes del teatro británico shakespeariano -Albert Finney, Richard Burton, Richard Harris o Alan Bates-, Peter O'Toole nunca tuvo el beneplácito del Óscar de Hollywood. "Siempre he sido la dama de honor, nunca la novia", dijo cuando accedió finalmente a recibir el premio honorífico.

Ya había rechazado previamente, en 1987, el título de Sir alegando razones políticas, quizá todavía con la decepción hacia el poder heredada del personaje por el que pasará a la historia, "Lawrence of Arabia", en la que sus ojos azules parecían en sí mismos un espejismo en medio del desierto rodado como nunca más se ha vuelto a ver por David Lean.

Quizá pensó que no había necesidad de ser Sir en la realidad si lo había sido en la gran pantalla de manera insuperable a las órdenes de Bernardo Bertolucci, como Reginald Fleming Johnston, el tutor de "The Last Emperor", o teniendo en cuenta ya había sido el rey Enrique II en "The Lion in Winter" y "Becket", dos de sus títulos más recordados.

Peter O'Toole sí sucumbió, en cambio, a algo casi más británico que la reina Isabel: el whisky. "La bebida es la más destructiva de las drogas. Por eso la elegí", dijo en una ocasión, con esa voz profunda que era oro en cine, televisión y teatro.

En 1976 parecía que el exceso acababa con su vida, cuando le tuvieron que extirpar parte de su estómago y su intestino. Pero siguió, de la misma manera que cuando en el rodaje de "Venus" se rompió la cadera, tardó tres semanas en volver a ponerse delante de las cámaras.

Al igual que Cary Grant, otro de los iconos de lo "british", sus maneras impecables y su fina ironía no eran fruto de la educación aristocrática, sino más bien de una infancia dickensiana.

Y, con ese amplio espectro de experiencias vitales, Peter O'Toole tampoco tuvo problemas en virar hacia la locura de Don Quijote en "Man of La Mancha" o brillar como el entrañable maestro que tiene mucho que aprender en "Goodbye, Mr.Chips".

Con los años, ese rostro fino se ha ido arrugando, como menguando su 1,88 de estatura (que a punto estuvo de alejarle de "Lawrence of Arabia", pues T.H. Lawrence medía 1,66). Peter O'Toole, especialista en interpretar a personajes históricos, estaba adquiriendo el aspecto de un pedazo de Historia en sí mismo.

Una esfinge que en los últimos años ha engalanado producciones televisivas de época, como "Joan of Arc", o "The Tudors", en superproducciones tan poco rigurosas como "Troy" o que deja ahora como canto de cisne "Katherine of Alexandria" y "Mary Mother of Christ".

Pero a menos de un mes de cumplir los 80 años, este monstruo de la interpretación ha decidido que su aportación a la historia del cine, el teatro y la televisión ha concluido. "Me voy de la profesión sin una lágrima y profundamente agradecido. Siempre, Peter O'Toole", termina el comunicado.

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