Picasso y Matisse, el duelo por entrar en la colección Stein, llega a París

  • Más de 200 obras maestras de genios de la pintura que despuntaron en los primeros años del siglo XX, entre los que destacan Pablo Picasso y Henri Matisse, se exponen a partir de hoy en el Grand Palais de París, que presenta una reconstrucción de la colección de los multimillonarios estadounidenses Stein.

París, 5 oct.- Más de 200 obras maestras de genios de la pintura que despuntaron en los primeros años del siglo XX, entre los que destacan Pablo Picasso y Henri Matisse, se exponen a partir de hoy en el Grand Palais de París, que presenta una reconstrucción de la colección de los multimillonarios estadounidenses Stein.

Instalados en París a principios del siglo y gracias a la fortuna industrial heredada de sus padres, Michael, Leo y Gertrude Stein, y la esposa del mayor de ellos, Sarah, amasaron una imponente colección de obras de arte.

Procedentes de la industriosa San Francisco y con una mirada inocente sobre el arte, los Stein abrieron las puertas de su casa a pintores que empezaban a despuntar pero que estaban destinados a convertirse en genios del arte.

Por eso no les costó mucho dinero llenar su casa de cuadros que, con el tiempo, multiplicaron varias veces su valor.

"Tenían una mirada menos formateada del arte, se quedaban con las obras más sorprendentes, las más vanguardistas", asegura Cécile Debray, comisaria de la exposición "La aventura de los Stein" que estará abierta en la ribera del Sena hasta el 15 de enero próximo.

Sólo así se explica que Leo comprara en 1905 por 450 francos de la época "La femme au chapeau", de Matisse, una obra que hoy está tasada en varios millones de euros.

Con el paso del tiempo, el afán recolector de los adinerados californianos convirtió su domicilio en un lugar de peregrinación para jóvenes pintores de diversas tendencias.

"Su forma de coleccionar era más parecida a quien tiene una biblioteca que a quien quiere decorar un salón", señala Debray.

Así, las paredes de su domicilio, un antiguo estudio de pintura situado en el 27 de la rue de Fleurus, en la bohemia "rive gauche" parisiense, estaban prácticamente tapadas por multitud de cuadros que colgaban desordenadamente en varias alturas.

Destacar en ese caos, obtener el mejor lugar en el salón, el más visible, se convirtió en una contienda entre los artistas, un duelo en el que destacaron Picasso y Matisse.

El malagueño contaba con el favor de Gertrude, la única hija de la saga, que pasó a la posteridad como escritora más que como coleccionista.

Matisse era el preferido de Sarah, la esposa de Michael, primogénito de la familia y el encargado de dirigir sus negocios.

Pero no fueron los únicos. Cézanne, Renoir, Picabia, Degas, Manet, Manguin, Bonnard, Vallotton, Laurencin, Gris, Masson. Una larga lista de nombres que, con el paso de los años, fueron dejando huella en una colección que llegó a atesorar más de medio millar de telas.

Un tesoro que saltó por los aires al mismo tiempo que la potencia económica de los Stein perdió fuelle.

De origen judío alemán, la familia cayó en el declive coincidiendo con la Primera Guerra Mundial, lo que obligó a algunos de sus miembros a dejar París y a vender buena parte de su colección.

El poderío de los Stein en los albores del siglo XX se vio sustituido en el periodo de entreguerras por los Barnes, Guggenheim o Rockefeller. Los pintores que ellos contribuyeron a dar renombre mundial se convirtieron en demasiado caros para sus arcas.

La colección, de la que la exposición de París es una buena reconstrucción, se atomizó por el mundo.

Han hecho falta cinco años de trabajo de recolección y el concurso de tres grandes instituciones como la Reunión de Museos Nacionales de Francia (RMN), el Museo de Arte Moderno de San Francisco y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York para juntar un tercio de su legado.

La colección ya ha sido expuesta en la ciudad de origen de los Stein, donde pudo verse entre el 21 de mayo y el 10 de septiembre próximo.

Tras abandonar París, volverá a cruzar el Atlántico en el sentido opuesto al que hicieron los Stein a comienzos del siglo XX para colgar de los muros del Metropolitano entre el 12 de febrero y el 3 de junio próximos.

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