Dime qué tipo de piel tienes y te diré que alimentos te conviene tomar en verano

  • Los estragos de las altas temperaturas tienen incidencia directa en la piel, la cual se puede cuidar a través de la alimentación.
La comida sana puede ayudar al autocontrol cuando se hace dieta
La comida sana puede ayudar al autocontrol cuando se hace dieta

El verano es una de las estaciones favoritas de todos. Vacaciones, sol, calor, mil planes por hacer, días más largos... Sin embargo, las elevadas temperaturas que se registran en estos meses también tienen efectos adversos tanto en el medio ambiente como en el organismo humanos. Y una de las principales afectadas es nuestra piel por la exposición excesiva al sol y los radicales libres -es decir, contaminación- que hay en esta época del año. Para ello, todos recurrimos a las cremas y demás productos para protegernos, pero también podemos hacerlo de otra forma: a través de la alimentación.

Así lo aseguran los expertos de Nutritienda, tienda online de salud y belleza, quienes inciden en que cada piel tiene unas necesidades nutricionales diferentes, por ello la alimentación debe ser diferente en función de ello. Y eso es lo que vamos a determinar para dar con la solución adecuada.

Si empezamos por la piel seca y falta de flexibilidad, ésta requiere de alimentos que le den hidratación y nutrición, ya que al resecarse se cuartean y pierden la luminosidad, además de poder acabar con rojeces o escamaciones. Por ello, se recomienda tomar alimentos ricos en antioxidantes, como la vitamina A y la C, al igual que buenas dosis de betacaroteno para restaurar las zonas dañadas. Por ello, los alimentos indicados serían las verduras de hoja verde, como las espinacas, y verduras y frutas anaranjadas y amarillas, como albaricoques, pimientos, zanahorias y calabazas.

Por otra parte, los alimentos ricos en vitamina B2 ayudan a devolver el brillo a la piel. Estos serían algunas carnes y los huevos. Y para controlar los picores y la descamación, conviene tomar productos ricos en zinc, como el germen de trigo y las sardinas.

En cuanto a las pieles grasas, conviene todo lo contrario. Hablamos de las que presentan brillos, puntos negros y textura irregular por el exceso de sebo, que obstruye los poros. Para mejorar todos estos problemas, lo primero que hay que tener en cuenta es la fruta. Por ejemplo, las fresas, que tienen un efecto antiinflamatorio para contrarrestar la sobreproducción de sebo; la piña, que favorece la absorción intestinal evitando excesos de toxinas y lípidos; y el limón, que renueva las células muertas gracias a su contenido en ácido alpha hidroxi.

También es favorable para las pieles grasas tomar alimentos con elevado poder diurético como las alcachofas o el pepino, que tienen efecto calmante y refrescante para la piel, y los que contienen omega 3, como el salmón, la trucha o la caballa

Y por último, la piel normal, esa que es suave y firme y carece de imperfecciones. Por el hecho de no tender a los excesos de las anteriores no quiere decir que no haya que cuidarla, porque unos malos hábitos podrían derivar en los problemas citados anteriormente. Por ello, necesitan un plus de energía y antioxidantes, a través del tomate, la zanahoria y la naranja

Cuidados para todos

No obstante, a pesar de las diferencias para cada tipo de piel, hay alimentos que todas ellas necesitan, y más en verano. Así que apunta los siguientes grupos para lucir radiante estas vacaciones. En primer lugar, los vegetales con colores vivos, sobre todo los anaranjados, como el melocotón, el albaricoque, la calabaza o la zanahoria, ya que contienen vitamina A, imprescindible para la renovación celular, protección del envejecimiento prematuro y la producción de melanina, sustancia clave para estar más bronceados -y no quemarnos-.

También son necesarios frutos con vitamina C, como el kiwi, la fresa, el limón, la naranja y la mandarina. Todos ellos protegen las células de la piel e intervienen en la producción de colágeno, proteína necesaria para conservar la elasticidad y firmeza. Luego están los alimentos ricos en vitamina E, como el aceite de oliva, el aguacate o las nueces, que neutralizan la oxidación de las grasas, ayudando a mantener el aspecto joven de la piel.

Los ácidos omega 3, presentes en los pescados azules -atún, caballa, salmón o boquerones- protegen la piel de la deshidratación, mientras que los alimentos que contienen azufre promueven el rejuvenecimiento de la piel -huevos, espárragos, cebolla y ajo-. 

Y, lo más básico: no olvides beber mucha agua y evitar alimentos muy salados ricos en sodio, que retienen líquidos y promueven la aparición de bolsas y ojeras. Por supuesto, no salgas de casa sin crema solar, la cual conviene reaplicar cada dos hora, sobre todo si se va a estar expuesto al sol.

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