Colinas medita en un nuevo poema sobre un tiempo agónico y ausente de valores

  • Roberto Jiménez.

Roberto Jiménez.

Valladolid, 28 oct.- La crisis, concebida como "un tiempo agónico" y "ausente de valores", ha sugerido al poeta Antonio Colinas un nuevo poema, "El soñador de espigas lejanas", que tiene su punto de partida en un hecho real: la contemplación del fortín levantado por los españoles en Cartagena de Indias (Colombia).

"No soy ni economista ni tampoco un político, simplemente busco salidas y soluciones a través de la poesía", ha explicado hoy Antonio Colinas (La Bañeza, León, 1946), en una entrevista con la Agencia Efe, acerca de este largo "poema fragmentado", estructurado en cinco partes y que concluye con una serena y lúcida reflexión.

"Por eso, respirad, respirad hondo/ contra los muros negros,/ contra los muros muertos,/ contra la muerte viva./ Respirad en la luz/ mientras la luz perdure", son los versos que delimitan en su parte final este poemario, editado por la Fundación Jorge Guillén.

Un tono racionalista y radical "en el mejor sentido de la palabra", aclara el autor, fluye en este libro que comienza con una alusión al pasado colonial español y que configuró a finales de enero pasado durante su participación en un encuentro literario en Cartagena de Indias (Colombia), después de contemplar el mar desde el fortín de San Felipe de Barajas, erigido en el siglo XVI.

Antes de reflexionar sobre la crisis que afecta a la economía mundial, Colinas parte del pasado para evocar a los centinelas españoles en vigilias durante las cuales "les llegaba aquel sueño:/ las lejanas espigas/ del oro de Castilla,/ del otro oro: el del humilde pan (...)/ el pan que basta y sacia/ para el que vive en paz".

"En nuestros días nos sentimos un poco como esos hombres traspasados por la duda, a la espera, renunciando a lo más sencillo y apostando en su lugar por actitudes más complejas", ha precisado Colinas.

El viaje por la intrahistoria, "un tema muy consustancial" en su poesía, deja paso así a otro rasgo de presencia "muy viva" en su producción poética: la idea de armonía que antecede al desenlace de un poema a través de símbolos como la luz, la naturaleza e incluso el amor, aún cuando éste sea "un tema muy gastado pero que aporta una significación múltiple", ha considerado.

Antonio Colinas, al enfrentarse con la historia, se ha referido a la idea de "ruinas fértiles" (fortín de Cartagena de Indias) como metáfora de la lectura del pasado para su aplicación al presente en clave pedagógica o aleccionadora.

"Pero nunca aprendemos./ No sirven en la vida las ideas,/ los hechos, las batallas/ que no sean de amor,/ que no sean semilla/ de paz fértil./", anota un tanto pesimista en los versos de un poemario que será presentado el próximo 7 de noviembre en Valladolid y que cuenta con cinco ilustraciones del artista plástico Gonzalo Martín-Calero.

Es una lección "que nos dan las ruinas fértiles, la idea de que lo que perdura es el presente y las palabras vivas", ha insistido el autor.

Las ilustraciones de Martín-Calero, ha concluido Colinas, no se limitan a retratar el contenido del texto a la usanza tradicional, sino que forman parte del mismo, como si de una secuencia se tratara, para facilitar la meditación y la continuidad de un poema que "en realidad amplía".

La edición de "El soñador de espigas lejanas" ha corrido a cargo del también poeta Carlos Martín Aires para este volumen número 6 perteneciente a la Colección Maravillas concretas, del servicio de publicaciones de la Fundación Jorge Guillén, entidad formada por la Junta de Castilla y León, Universidad, Ayuntamiento y Diputación de Valladolid.

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