El barrio oriolano de San Isidro, donde las casas son lienzos para su poeta

  • Las fachadas de las casas de uno de los barrios más humildes de Orihuela (Alicante), el de San Isidro, son hoy lienzos y papel para acoger poesía y pintura de su "hijo" más universal, Miguel Hernández, fallecido hace 72 años.

Jenny Escarabajal

Alicante, 29 mar.- Las fachadas de las casas de uno de los barrios más humildes de Orihuela (Alicante), el de San Isidro, son hoy lienzos y papel para acoger poesía y pintura de su "hijo" más universal, Miguel Hernández, fallecido hace 72 años.

Versos en muros y palomas en paredes. La libertad y la poesía y más palomas, de todo tipo, en diversos trazos y colores.

Así están hoy las fachadas de este barrio oriolano al que han acudido decenas de pintores y de poetas con el único objetivo de recordar a Miguel Hernández.

"Al menos no añadamos una herida más...la del olvido", sostiene uno de los versos escritos.

Aunque la imagen del rostro del poeta está presente en los dibujos, las palomas, como símbolo de libertad, son las grandes protagonistas de la tercera edición de esta iniciativa.

Un total de cuarenta y siete muros que, sumados a los de las dos ediciones anteriores alcanzan un total de 135, se han convertido en un "museo al aire libre" donde son innumerables las referencias a la poesía de Miguel, como así se le conoce popularmente en su tierra.

Esta iniciativa se recuperó hace dos años, coincidiendo con el setenta aniversario del fallecimiento del poeta, aunque bien es cierto que hubo una acción similar en 1976 con "tintes políticos".

Meses después de la muerte de Francisco Franco, pintores, escritores, músicos y poetas, en un contexto incierto y difícil, decidieron homenajear la figura del poeta, dando color a las fachadas de cada una de las viviendas de esa barriada.

Así lo ha expuesto uno de los pintores que vivió la "represión" de la época, Pepe Azorín, quien en declaraciones a EFE ha recordado el "homenaje de los pueblos de España" a Miguel Hernández, una acción que pretendieron sacar adelante reconocidas personalidades de aquellos años en muchos lugares de España.

Un reconocimiento que, según cuenta, "fue prohibido en todos los lugares donde estaba previsto, menos en Orihuela", hasta donde se desplazaron muchos artistas para reclamar la libertad de la que hasta entonces se había carecido.

Azorín fue precisamente uno de los que trató de plasmar en su fachada esa "falta de libertad" de la época. En aquel año de 1976 y con la aprobación de todos los vecinos del barrio, dibujó una paloma con las alas atadas, "símbolo de esa represión".

De hecho, los artistas que se desplazaron hasta el municipio, tal y como ha recordado Azorín, pintaron bajo la atenta mirada de los policías, que llegaron a solicitar "el documento de identidad" a manos de uno para identificarlos e "impedir que continuasen coloreando las fachadas".

Además de estos pintores, en esta edición han intervenido también otros artistas procedentes de otros municipios, alumnos de colegios e institutos de Orihuela y miembros de asociaciones culturales.

"Alondra de mi casa, ríete mucho. Es tu risa en los ojos la luz del mundo", reza un verso en un muro. Frente a él, un estudiante. A su alrededor, muchas palomas...de libertad. EFE

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