¿Por qué se cancela el desfile de Victoria's Secret y no el de otras firmas de lencería?

Victoria's Secret no celebrará su famoso desfile este año. Lo que era ya un evento fijo que marcaba el inicio de la Navidad, pues se celebraba a finales de noviembre y se emitía en televisión a principios de diciembre, ha ido año tras año perdiendo fuelle hasta el punto de que el pasado año alcanzó su audiencia más baja, 3,3 millones de telespectadores, cuando otras veces había llegado a tener 10 millones de televidentes.

Así, la marca del grupo L Brands ha decidido dejar su show en 'stand by', lo que supone el fin de una era, pues desde 1995 se habían celebrado de forma ininterrumpida. La firma, que había creado una legión de 'ángeles' formada por las mejores modelos del mundo -desde Naomi Campbell, Gisele Bündchen o Miranda Kerr en su día a Kendall Jenner y Gigi y Bella Hadid actualmente- ha tenido que claudicar a pesar de haber creado escuela con unos espectáculos que unían lencería y músicas, pues cada año actuaba un artista, siempre el mejor o más puntero.

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¿Qué ha pasado? ¿Por qué lo que hasta hace nada era un éxito mundial ha acabado cancelado? Son muchos los factores que han influido en la desaparición del desfile, pero sin duda, lo que más daño ha hecho a esta marca ha sido el alejamiento del público femenino, que lo considera un espectáculo para el disfrute masculino que muestra una imagen irreal de la mujer, pues alcanzar esos cuerpos tan perfectos es prácticamente imposible.

Así, sus ventas han sufrido un descenso y su matriz, L Brands, ha entrado incluso en pérdidas por ello. Pero esto choca con lo que sucede en otras firmas de lencería que precisamente han copiado el modelo de Victoria's Secret. Intimissimi o Etam siguen celebrando sus desfiles de lencería, ¿cuál es la diferencia respecto a Victoria's Secret?

Victoria's Secret nació como una marca donde los hombres podían elegir la lencería que querían ver puesta a sus mujeres. El concepto se creó así en los 60 en Estados Unidos, años en los que el papel de la mujer, por desgracia, era muy reducido y no habían conquistado los derechos que existen hoy en día. Aunque la firma fue evolucionando con el tiempo, ese concepto tan enfocado al público masculino quedó implantado en su ADN.

La lencería de la marca se ha caracterizado siempre por ser muy sugerente y sexy, unas prendas para lucir en la intimidad que han tenido un claro enfoque de satisfacer al varón. Empezaron antes que nadie a hacer desfiles que no eran desfiles, eran shows, con música en directo y no modelos, sino 'ángeles'. Mujeres tan perfectas que parecían caídas del cielo. Aunque se trataba, en sí, de un desfile de moda, realmente la mayor parte del público que compraba una de las caras entradas del show era masculino. 

Además, las modelos tenían que hacer una estricta dieta y duras rutinas de ejercicio las semanas previas al show para que su cuerpo estuviera perfecto. Abdomen liso y marcado, cintura marcada, piernas musculadas y tonificadas pero delgadas y un escote espectacular. Todo eso dejó de verse como algo aspiracional y pasó a ser producto del patriarcado cuando desde hace dos años el feminismo tomó de nuevo impulso espoleado por el movimiento 'Me Too'.

De este modo, muchas mujeres empezaron a rechazar Victoria's Secret por el ideal imposible que vendía, con unos cuerpos que prácticamente el 99% de las mujeres del mundo no tienen. Así, la audiencia empezó a caer, al igual que las ventas. Mientras que las redes sociales se llenaban de consignas a boicotear la marca. 

Por otra parte, en su declive ha tenido mucho que ver la 'jubilación' de las modelos míticas de la firma. Heidi Klum, Gisele Bündchen, Miranda Kerr, Adriana Kurkova y el año pasado, Adriana Lima ya no desfilan, y aunque ahora tenía a las 'instamodelos' Kendall Jenner o las Hadid, además de Barbara Palvin o Candice Swenapoel, están lejos de la popularidad y admiración de sus antecesoras.

Pero hay que reconocer a Victoria's Secret haber sentado escuela, pues de ella copiaron su formato otras firmas competidoras, como la italiana Intimissimi o la francesa Etam. Estas enseñas llevan varios años celebrando desfiles que tienen la esencia del de la enseña estadounidense, con música en directo y un marco especial, como Intimissimi que lo celebra en Verona, llegando a copar una edición el anfiteatro romano con Andrea Bocelli cantando. Etam, por su parte, lo celebra en París.

¿Por qué nadie ha cargado contra estos desfiles? En primer lugar, porque no tienen la misma visibilidad ni la misma aspiración que Victoria's Secret. Ya se sabe que siempre se ataca más a quien es más exitoso y famoso que a otro que va por detrás. Pero, además, estas marcas no han querido vender un ideal de perfección tan estricto como la marca americana. 

Pero, sobre todo, han sabido antes que nadie empatizar con el feminismo. Enseguida han incluido modelos más diversas y cuerpos diferentes en sus castings de modelos. Los dos espectáculos celebrados este otoño así lo han mostrado, con todo tipo de mujeres sobre la pasarela. 

De este modo, han conseguido acercarse a la mujer actual, que no busca ser perfecta, sino ser ella misma. Igualmente, han aprovechado la decadencia de Victoria's Secret para fichar embajadoras de la talla de Irina Shayk -que fue ángel de Victoria- o Sarah Jessica Parker, admiradas y queridas por el gran público. La marca americana, por su parte, nunca ha hecho eso, sino que sus embajadoras son sus 'ángeles', aunque en el último año también ha contratado a modelos curvy o a una transgénero. Pero ha llegado tarde.

Así, hoy tenemos que decir adiós a este show y confirmar que el modelo está agotado. La marca ha reconocido que está buscando nuevas fórmulas para tener visibilidad y volver a fue lo que un día fue, pero tendrá que reinventarse de nuevo, pues ahora mismo, lo que vendía Victoria's Secret, más allá de sus prendas, no lo compra nadie.