Por qué deberían (o no) ganar el Oscar las nominadas a Mejor Película

  • Con una decena de candidatas a Mejor Película, resulta muy complicado acertar en las quinielas, sobre todo si el nivel es tan alto como el de esta 83ª edición. Todas las elegidas se merecen el Oscar por méritos propios, aunque algunas más que otras. Un repaso a sus virtudes y defectos a sólo unas horas de que se decida cuál fue la mejor de 2010.
M. J. Arias

El abanico de posibilidades de esta edición es amplio y variado. Un cisne con doble personalidad, un boxeador de barrio, un ladrón de ideas, un rey tartamudo, un aventurero atrapado, el creador de una red social, una niña en busca de venganza, una familia atípica, una adolescente con los problemas de un adulto y una panda de juguetes reinventándose. Este es el menú que los Oscar servirán la madrugada del domingo al lunes. Sólo una de las 10 nominadas será elegida Mejor Película de 2010. Todas tienen posibilidades, virtudes y puede que algún ‘pero’.

‘El discurso del rey’, de Tom Hooper

El material era bueno, muy bueno. El resultado, mejor, mucho mejor. ‘El discurso del rey’ es una de esas películas de las que hay pocas, de las que todo el mundo sale contento, la crítica las aplaude y funcionan bien. No era fácil llevar a la pantalla la historia de un rey tartamudo y su lucha por dar un discurso sin tropiezos. Se podría haber caído en lo ridículo. El texto en su conjunto y la impecable actuación de Colin Firth son las mejores apuestas de una cinta que logra encajar algo tan difícil como la emoción y la sonrisa en una misma pieza. Su único problema es que se repita lo de los Globos de Oro, donde ‘La red social’ le ganó la partida. En los BAFTA triunfó, pero jugaba en casa.

‘La red social’, de David Fincher

La noche de gloria vivida en enero en los Globos de Oro lo dicen casi todo de esta película. David Fincher y Aaron Sorkin, dos maestros de la dirección y el guión, se unieron en un proyecto visto con reticencias en un principio que ha superado con creces cualquier expectativa. ¿Qué Fincher está haciendo una película de Facebook? Parecía una broma del día de los Inocentes. Sin embargo, ‘La red social’ se estrenó y pudo verse que no era sólo una película sobre Facebook. Era sobre un muchacho asocial que tuvo una brillante idea que le convirtió en uno de los millonarios más jóvenes del mundo no sin dejar algún que otro enemigo y amigo perdido por el camino. La mano de Fincher se nota en las más de dos horas que dura, logrando mantener la atención y el ritmo como él sabe. Y tras él, el genio literario de Sorkin. Diálogos ingeniosos, vibrantes y apabullantes. El ‘pero’, la duración, por decir algo. Son 120 minutos.

‘Cisne negro’, de Darren Aronofsky

‘Cisne negro’ es una de las grandes favoritas para triunfar la noche del domingo. El thriller paranoico y oscuro orquestado por Aronofsky recupera la senda perdida por el director con ‘El luchador’. Vuelve a ser ese cineasta que apuesta por lo extraño, por el cine que intenta salirse de los cánones establecidos. La película está plagada de trampas, de esas que muestran sólo lo que conviene para manejar como una marioneta al que se sienta en el patio de butacas. Lo intenta y, con maestría y una gran Natalie Portman (huele a Oscar), lo consigue. El espectador cuenta con la protagonista como único -y nada objetivo- punto de vista de lo que está ocurriendo. Quizá su único defecto sea el hecho de recurrir a los trucos de siempre, aunque funcionen bien.

‘The Fighter’, de David O. Russell

Ha sido una de las grandes sorpresas del año merced a una brillante actuación de Christian Bale. Tras protagonizar la película de superhéroes más aplaudida de todos los tiempos (‘El caballero oscuro’), colgó el traje de Batman y los Armani para meterse en la piel de un ex boxeador adicto al crack que para matar su morriña de cuadrilátero entrena a su hermano menor. El dúo protagonista lo completa un Mark Walhberg eclipsado por quien le da la réplica, nominado a Mejor Actor secundario. Como película de boxeo basada en una historia real que es, se mueve dentro de los derroteros establecidos. Una lucha por la supervivencia y por sacar la cabeza del hoyo. Su mayor ‘pero’ es que no aporta nada nuevo a este subgénero cinematográfico, el del boxeo.

‘Origen’, de Christopher Nolan

Nolan está empezando a acostumbrase a esto de los taquillazos y las palmaditas en la espalda. No son muchas las películas que ha dirigido, pero todas ellas tienen un denominador común: van más allá de lo clásico. Ofrecen un giro, una visión diferente, con el único objetivo de dejar con la boca abierta al respetable obligándole a permanecer en el sitio con los cinco sentidos bien despiertos. ‘Origen’ es una de esas películas que pueden verse una y otra vez como si fuese la primera, descubriendo detalles nuevos en cada visionado. Invita a la reflexión. Hay que rumiarla para sacarle todo el jugo. ¿Qué pasa con la peonza? Qué más da. Un final abierto a la interpretación como colofón a una historia bien orquestada, con Leonardo DiCaprio como eje gravitatorio y en la que todas (o casi todas) las piezas encajan. En contra tiene el nivel de este año. ‘Origen’ es una gran película, pero otras podrían estar por encima. Además, a la Academia no suele gustarle mucho este tipo de historias poco ancladas a la realidad cuando de dar premios se trata.

‘Los chicos están bien’, Lisa Cholodenko

El gran atractivo de ‘Los chicos están bien’ es el particular triángulo amoroso que conforman Mark Ruffalo, Annette Bening y Julianne Moore. Ellas dos son pareja y él, el donante de esperma que hizo posible que fuesen madres. Una familia atípica para una comedia atípica plagada de diálogos y situaciones con mucha chispa. Bening y Moore están inmensas en sus papeles al tiempo que Ruffalo despliega todos sus encantos para dar vida a un madurito interesante en plena crisis de la mediana edad. El tono de comedia se mantiene bien hasta la última media hora de metraje, en la que la tormenta que se venía gestando se desata. Ese cambio brusco de tono es su peor enemigo, aunque luego sepa remontar con más o menos elegancia.

‘127 horas’, de Danny Boyle

La de ‘127 horas’ era una historia difícil de contar. Un joven aventurero que se queda atrapado en un desfiladero cuando una roca se desprende y le aplasta la mano contra un muro. En la línea de otras películas de personaje único y solitario -léase ‘Naufrago’, por ejemplo- la de Boyle recurre a las fantasías evasivas y a los recuerdos para aligerar la carga que supone la de tener a un único protagonista ante el objetivo de la cámara. Han dicho de ella que la escena final de la amputación (no se revela nada que no se sepa contándolo aquí) era demasiado desagradable y difícil de digerir. No lo es tanto si se tiene en cuenta el tiempo real que debió necesitar el chico para llevar a cabo su arriesgado auto rescate. Más que eso, el verdadero problema de ‘127 horas’ es el excesivo efectismo de algunas escenas.

‘Toy Story 3’, de Lee Unkrich

Hace ya muchos meses (fue en verano) que se estrenó ‘Toy Story 3’, pero en el recuerdo queda que es la mejor de las tres entregas. Diversión, acción, muchas risas y personajes entrañables que ya forman parte de la vida de toda una generación. Apostando por el 3D, ‘Toy Story’ ganó enteros. Pero lo mejor es la historia en sí, cercana y con un elevado grado de empatía. Es muy fácil de entender por niños y mayores. Porque ‘Toy Story’ no es una película sólo para los más pequeños. Los adultos también disfrutan con ella y ese es su punto fuerte. No se le puede poner un ‘pero’. Aunque es inevitable señalar que el hecho de que sea una de animación entre tanta acción real juega en su contra. O quizá no. ¿Quién sabe?

‘Valor de ley’, de Ethan y Joel Coen

Los hermanos Coen visitan una historia que ya rodó Henry Hathaway con John Wayne como protagonista. Curiosamente, con esta película el mítico vaquero consiguió el único Oscar de su carrera. La de ahora es una del oeste al uso, con todos sus ingredientes y todas sus flaquezas. Lo mejor es la actuación de Jeff Bridges, los arrestos de la niña protagonista y ver cómo Matt Damon se las apaña para hablar con la lengua partida. Eso y los diálogos, divertidos en muchos casos. Lo peor, que quizá ésta sólo sea una mancha en el currículum de los Coen para sus más fervientes seguidores.

‘Winter’s Bone’, de Debra Granik

Esta es, quizá, la verdadera sorpresa que se ha colado en la lista. Pero ese era el objetivo de la Academia cuando duplicó el número de candidatas a Mejor Película. En otras circunstancias, es posible que este trabajo proveniente del cine independiente se hubiese quedado fuera. No porque no merezca estar, sino porque la mayoría están por encima de ella. Lo mejor es, sin duda, la adolescente protagonista a la que interpreta Jennifer Lawrence. Ella es el gran pilar de una historia dura, fría y violenta en algunos casos. Por cierto, que está nominada como Mejor Actriz. Lo peor, lo despacio que avanza la trama.

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