Por qué los hombres no compran ropa 'low cost' pese al auge del comercio textil

  • La moda masculina ya supone el 32,1% de la facturación del sector del comercio textil, lo que demuestra que su interés por la moda crece.
Los hombres moda
Los hombres moda
Pixabay

Uno de los clichés que todavía perviven es que las mujeres viven por y para la ropa y los hombres, en ese sentido, no le dan ninguna importancia. Un tópico que no se sostiene por ningún sitio en pleno siglo XXI, en el que la igualdad llama a la puerta de todos y cada uno de los aspectos que conforman la sociedad. Y la moda es uno de ellos con mucho más impacto del que parece.

Mientras diseñadores y marcas se afanan por crear colecciones que cada vez tengan menos en cuenta las cuestiones de género, en el día a día de los ciudadanos, las compras están dominadas por el segmento de la moda 'low cost' o de bajo coste. Las marcas democráticas, encabezadas por el grupo Inditex, copan las principales calles comerciales del planeta con una oferta de prendas inspiradas en las colecciones que se ven en las pasarelas más importantes pero a precios mucho más bajos.

En España, el consumo texil ha vuelto a repuntar tras la crisis. El pasado año creció un escueto medio punto, hasta los 18.097 millones de euros, un leve ascenso que viene precedido de los aumentos de casi el 4% en 2014 y del 7,7% en 2015, según los datos de la Asociación Empresarial del Comercio Textil (Acotex). Los datos del informe del pasado año demuestran que en nuestro país tenemos 62.179 puntos de venta y cada familia gasta de media 1.253 euros en ropa cada año. 

En ese gasto, el 37% corresponde a moda femenina y el 32,1%, a la masculina. Por lo tanto, ambos segmentos están casi a la par, lo que desmonta esa teoría obsoleta de que a los hombres no les gusta comprar ropa. Eso sí, en los hábitos de compra entre unos y otros todavía existen algunas diferencias. En primer lugar, en gasto, porque según un informe de la escuela de Administración de Empresas (EAE), las mujeres gastan 577 euros de media al año en ropa, mientras que los hombres se dejan 351 euros de media.

Pero, además, hay otro tipo de singularidades, y una de ellas se deja sentir sobre todo en ese sector de moda pronta al que nos referíamos antes. Porque las marcas 'low cost' no logran entusiasmar al público masculino del mismo modo que lo hacen con el femenino. Si bien hay otro tipo de marcas de nicho que sí se están haciendo con el favor de los hombres.

La moda 'low cost' vs marcas locales de emprendedores

Que las firmas de bajos precios no logran atraer al público masculino quedó muy bien reflejado en el caso de Stradivarius, una de las marcas más jóvenes del imperio Inditex. El pasado año, estrenó a bombo y platillo el proyecto piloto de su sección masculina, que solo puso a la venta en 32 establecimientos de 17 países. Pero la prueba no salió bien, porque este año la marca decidió acabar con esta sección y centrarse en la moda femenina.

En otras marcas del grupo, como Bershka, Pull&Bear o Zara, la sección masculina se mantiene, pero siempre ocupando mucho menos espacio en las tiendas que la parte femenina. Solo hay que verlo en su buque insignia, donde tiene Zara Woman y Trafaluc como secciones dedicadas íntregramente a la mujer, mientras que para hombre solo hay una parte que habitualmente tiene menos espacio en los establecimientos de la marca. Si bien en su firma de corte 'premium', Massimo Dutti, la moda masculina tiene más peso.

Lo mismo ocurre en otras cadenas de este tipo, como H&M o Primark, en las que las prendas femeninas tienen más protagonismo y más espacio. Por el contrario, hay una serie de firmas mucho más desconocidas que están causando furor entre el público masculino. Se trata de firmas de nicho con precios que les encuadran en el segmento premium -más elevados que el 'low cost' sin llegar a ser lujo- y una calidad mayor que en las firmas masivas. Además, muchas de ellas son creadas por jóvenes emprendedores.

En España tenemos buenos ejemplos en firmas como Scalpers, Silbon o El Ganso, que fue la que puso la primera piedra de este nuevo grupo de firmas de moda para hombre -aunque El Ganso ya vende para mujer- que se sale de los patrones de las tendencias 'low cost'. Porque apuestan por un diseño mucho más clásico que se conjuga con un toque 'british' y casual, muy alejado del 'mainstream' de Zara y demás. Además, produciendo con mayores estándares de calidad y, mayoritariamente, en España. 

Marcas que han puesto en marcha jóvenes emprendedores españoles que muchas veces son el mejor espejo para los consumidores, ya que transmiten en su marca ese nuevo estilo de vida inconformista en el que cada uno busca triunfar a través de su propio proyecto personal, lejos de la cultura corporativista de las generaciones anteriores. Y no solo de ropa. Hay otras de zapatos, como Diplomatic o Pompei, que están 'robando' muchas ventas a las marcas grandes con propuestas diferentes y calidades superiores.

Amantes del comercio online

Otro rasgo distintivo de los hombres a la hora de comprar ropa es que 'tiran' mucho más de Internet que las mujeres. En concreto, ellos gastan un 40% más en ropa que ellas en la red, con un gasto medio de 130 euros al mes, frente a los 92 de las mujeres, según un estudio de la consultora Ipsos. El perfil de comprador de moda online es el de un hombre de entre 25 y 45 años que reside en municipios de más de 10.000 habitantes y tiene estudios superiores.

Unos datos que ponen de manifiesto que ir de compras sigue sin ser el plan preferido de los hombres, aunque cada vez más. De este modo vemos cómo, en un mundo cada vez más homogéneo, en el aspecto de la ropa ellos se siguen guiando más por la atemporalidad y lo utilitario -lo que realmente necesitan y que les dure lo máximo posible-, mientras que las mujeres son más propensas a caer en la tendencia del momento. Aunque, igualmente, estas también se van concienciando de la importancia de contar con ropa que se pueda utilizar en diferentes temporadas y que, además, tenga una calidad notable. Por lo tanto, ambos sexos tienden a confluir en su hábitos de compra, para desgracia de las 'low cost'.

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