Poveda se pone el reto de llenar las Ventas para celebrar 25 años de cante

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 7 may.- "No pareces un cantaor", le espetó a Miguel Poveda Carmen Linares cuando le conoció. Veinticinco años después, ella será una de las artistas que le acompañen, el 21 de junio, en su concierto de aniversario nada menos que en la plaza de las Ventas, un "territorio comanche" por lo difícil que es llenarlo.

Cuando Rafa, su representante, se lo propuso se asustó: "Me parecía muy osado, porque es muy complicado llenar esa plaza. Luego pensé que una buena excusa para intentarlo era celebrar los 25 años de profesión y eso me ha animado a montar algo que me parece especial", explica en una entrevista con Efe el barcelonés.

Poveda (1973) será el primer flamenco que se atreva con el reto de llenar más de 23.000 localidades, que se están vendiendo -entre los 25 y los 60 euros- "muy bien", aunque, admite riéndose, no quiere saber datos para no ponerse más nervioso de lo que ya está.

El artista, uno de los contados que puede presumir de "vender todo el papel" en sus muchísimos conciertos, tiene pensado un programa para el día 21 lleno de "alfileres de colores", como las bulerías que él canta.

Escogerá cinco o seis palos del jondo, aunque aún no tiene nada montado porque le gusta la "sorpresa"; poemas de Alberti y Hernández; varios de los temas de copla que defiende desde hace tiempo; canciones latinoamericanas, desde el bolero al tango pasando por el fado, y un homenaje a los artistas que han hecho posible que él actúe "en sitios como el Real o las Ventas".

Le acompañarán en el escenario, además de los músicos y bailaores con los que ha hecho "ArteSano", la portuguesa Mariza, "muy probablemente" Lole y Carmen Linares, la que le dijo "no pareces cantaor" para añadir acto seguido que "no se preocupara", porque ella parecía "una farmacéutica" y "ahí" estaba.

En una rueda de prensa anterior, llena de cámaras y aficionados, ha subrayado que no ha perdido el tiempo desde que debutó en una profesión que ha ido ganando con el tiempo en respeto y prestigio y ha tenido la suerte de desarrollar todo lo que "se le ha pasado por la cabeza".

Cuando sale a escena, confiesa, no pretende meterse al público en el bolsillo, sino "controlar la situación, adueñarse del escenario" y, si eso no ocurre, dice, "es terrible" y se deprime "mucho".

Del Poveda de hace 25 años queda "la ilusión y las ganas de hacer cosas" y, como tiene "una obsesión horrorosa por aprender", quiere "espabilarse para estar a la altura de las circunstancias" y seguir "viajando, conociendo y tropezando".

Ha tenido la suerte de trabajar con todos cuantos ha querido, y las colaboraciones, de Paco de Lucía a Chavela Vargas, "han salido" de forma natural, sin forzarlas: "Lo soñaba pero no lo perseguía", aunque le queda el anhelo de hacerlo con Michael Bublé.

"Si un día me llama... y, si no, ya le llamaré yo", se ríe.

Acaba de terminar, en Badalona, la gira de promoción de "ArteSano", una "integral" flamenca que obtuvo un disco de oro tan solo una semana después de lanzarse, y ahora hará una versión "reducida" de ese espectáculo junto a Joan Amargós y Chicuelo, y preparará su siguiente trabajo, sonetos escogidos por Luis García Montero con música de Pedro Guerra.

Le da rabia que en España el flamenco no tenga la importancia que debería y que no haya conciencia del peso de un arte "que está tan sano". "Hay que buscar -propone- fórmulas frente a situaciones que son muy complicadas, pero como decía Chanquete, 'no nos moverán'".

Muchas veces se ha planteado, en la estela de Paco de Lucía o Diego el Cigala, irse a vivir fuera de España, "donde la vida del artista es tan pero que tan difícil con ese IVA insostenible al 21 %", pero "no podría" vivir sin el contacto constante con sus amigos y su familia. "Soy muy casero", asume.

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