Presos políticos, Franco, reinas porno... El negocio de la transgresión en Arco

  • La Feria vuelve al candelero con la retirada de un conjunto de fotografías pixeladas de Santiago Sierra con la crisis catalana como telón de fondo.
Exposición presos políticos en ARCO
Exposición presos políticos en ARCO
José González

El arte, sobre todo el contemporáneo, tiene una tendencia irrefrenable hacia la polémica, hacia la transgresión con lo establecido. Lo tenía en el siglo XV y lo tiene hoy. Aunque entonces no contaba el mundo artístico con la Feria de Arte Contemporáneo, Arco, que ha resultado ser un imán para generar controversi. Durante la pasada edición pasaron por esta feria más de 100.000 visitantes que la auparon a lo más alto de las citas del mercado del arte en España. 

El certamen, este año, ha sido fiel a su propia tradición después de que una obra de Santiago Sierra haya sido retirada, según ha confirmado la galería Helga de Alvear, en la que se exponía. 'Presos políticos', porque así se llamaba la creación de Sierra, está conformada por una serie de fotografías con el rostro pixelado, aunque en muchas de ellas perfectamente identificable, como era el caso de Oriol Junqueras o el de los agresores de Alsasua. Cuánto tiene de transgresión artística y cuánto de oportunismo, queda al criterio de cada uno. De lo que no puede caber duda es que, de antemano podría haberse adivinado el revuelo que iba a causar, sobre todo sabiendo que los encargados de inaugurar la feria son, desde hace años, los Reyes.

A fin de cuentas, no deja de ser una obra cuya base no es otra que la de aceptar que en España existen, como en las dictaduras, personas en prisión como consecuencia de sus ideas políticas y no de sus actos.

Según ha dicho Sierra, la retirada de sus fotografías la ha recibido "relativa sorpresa y decepción", al considerar que la decisión "daña la imagen" del evento, además de denunciar "el clima de persecución de los trabajadores culturales». Aunque lo cierto es que, poco durarán en un almacén porque ya han sido vendidas por 80.000 euros a un comprador cuya identidad aún es desconocida.

Y no es la primera vez que Sierra es capaz de poner un precio astronómico a una obra. Cuando en 2010 el jurado le concedió el Premio Nacional de Artes Plásticas, el artista lo rechazó con una carta que fue muy polémica. En 2012, acudió a Arco con la carta expuesta en una vitrina y la elevó a categoría aparte cuando le puso precio: 30.000 euros.

De Franco a Isabel II, pasando por el 15 M

Pero la polémica no le es ajena a la Feria. Podríamos incluso decir que forma parte de su naturaleza. No hay año en que los días previos a la inauguración, los medios no se hagan eco de alguna obra controvertida.

Quizá el más mediático de estos casos fue la escultura, Always Franco, en la que se mostraba una figura de Franco en una nevera de refrescos. La obra, de Eugenio Merino, uno de los escultores con más proyección del panorama artístico español, causó un revuelo inesperado. Fue la protagonista de la feria de 2012, durante el primer año de gobierno de Mariano Rajoy y con la Memoria Histórica en el candelero, habida cuenta de la dotación para tal partida en los Presupuestos.

Always Franco, obra de Santiago Sierra
Always Franco, obra de Eugenio Merino.

Pero Merino era ya un viejo amigo de las polémicas. Dos años antes, en la edición de 2010, acudió a la feria con la escultura Starway to Heaven, en la que mostraba una "torre humana", con un musulmán rezando en la base; un sacerdote católico, y sobre los hombros de éste un rabino judío haciendo lo propio. Esto ya dejaba servida la polémica, pero la segunda pieza la puso en bandeja de plata: una ametralladora con un candelabro de siete brazos –uno de los símbolos más identificables de la religión judía– naciendo del cañón. Entonces, la comunidad judía mostró públicamente su enfado.

'Starway to heaven', Merino
'Starway to heaven', Merino.

Pero no iba a ser siempre el mismo el que generara la polémica. Paolo Schmidlin, un escultor italiano adscrito al hiperrealismo o neofiguración, hizo de la reina Isabel II del Reino Unido su musa y llevó a la feria una escultura en la que aparecía completamente desnuda, tomada en la cintura por una mano y la otra haciendo lo mismo con uno de los senos de la monarca. El título no daba lugar a la imaginación: Porno Queen.   Aquella edición, la del año 2006, fue inaugurada por el entonces rey Juan Carlos, hoy emérito. Y es de suponer que no le hiciera una especial gracia la obra, ya que mostraba a una monarca europea en una situación digamos que poco habitual.

También con la desnudez jugó el artista Yann Leto, que en 2014 participó en la feria con la pieza Congress Topless, elaborada según el artista mediante «técnica mixta», lo cual no deja de tener su gracia. Gracia porque la pieza en sí consistía en dos mujeres realizando un striptease sobre una barra americana. Según el artista, quiso analizar la política desde un punto de vista carnal afirmando, además, que «el Congreso es un putiferio».

El mismo artista, en 2013, llevó una instalación que representaba una cruz gamada con luz verde de farmacia y el año pasado volvió a Arco con con "Francisco", un cuadro de 2,60 por 2 metros, que pintó en 2013 tras la elección del papa Francisco y en la que aparecen el Vaticano y la Casa Blanca.

En plena crisis económica e institucional, con el recuerdo aún claro de la macroacampada celebrada por distintos colectivos de jóvenes en la Puerta del Sol de Madrid, Arco no pasó ajena a la polémica. El artista Antoni Mirada acudió a la feria con el famoso lema «No hay pan para tanto chorizo», elaborado sobre una pasta parecida a la de las galletas y con tinta comestible. ¿Arte o transgresión vacía? ¿Arte o negocio?

'No hay pan para tanto chorizo', Antoni Miranda
'No hay pan para tanto chorizo', Antoni Miranda. EFE
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