Presuntos Implicados canta sus recuerdos de cine en "Banda Sonora"

Valencia.- En un contexto dominado por los nuevos formatos audiovisuales en el que predominan las grabaciones en tres dimensiones, Presuntos Implicados recupera el sonido tradicional del cine con un nuevo disco, "Banda Sonora", en el que versiona los recuerdos más intensos de películas como "Desayuno con diamantes".

El grupo compuesto por Juan Luis Giménez, Nacho Mañó y Lydia Rodríguez ha presentado hoy en Valencia su nuevo álbum, el decimocuarto en treinta años de carrera de una banda con cerca de cuatro millones de discos vendidos, y que cree haberse repuesto de la marcha de la vocalista Soledad Giménez.

"Banda Sonora" propone un recorrido por diez secuencias del cine unidas por el género romántico, que retrocede hasta 1959 con "Orfeo negro" (Marcel Camus) y su "Mañana de carnaval" -película y canción precursoras de la bossa nova- y avanza en el tiempo con el melancólico "Moonriver" que interpretó Audrey Hepburn en el alféizar de su ventana para el "Desayuno con diamantes" de Blake Edwards.

Después hace una parada en el cine de los años 70, para rescatar a los Bee Gees de "Fiebre de sábado noche" y recordar "Tal como éramos", desembocando en la comedia "rosa" de finales de los 90 y principios de esta década y sus éxitos asociados, como el "She" de "Notting Hill" o el "Love is all around" de "Cuatro bodas y un funeral".

El disco, según Mañó, cumple dos objetivos: traduce al castellano las letras de todas estas canciones -proyecto que les sumergió en la burocracia del copyright- y las adapta al sonido de pop jazz que caracteriza a este grupo.

Ese es, precisamente, su principal distintivo (virtud o monotonía, según se mire), puesto que cada canción traslada a un momento concreto del celuloide, pero el sonido tan definido que han construido durante su carrera las convierte en casi propias.

"Estas canciones se han mimetizado con nuestro repertorio, ya suenan a Presuntos Implicados", ha reconocido Mañó.

"Este es el disco que más me apetecía hacer, porque recrea momentos especiales para un cinéfilo", añade Juan Luis Giménez, quien recuerda que este trabajo se gestó en un camerino mientras tocaban una canción, precisamente de una película, lo que se transformó en un compromiso de álbum.

Con este trabajo "hemos conseguido plasmar la emoción que la música le da a las películas" con canciones que expresan esta simbiosis y que "transcienden a todos nosotros", ha explicado el guitarrista y compositor.

Es su segunda incursión en canciones ajenas (la primera fue "Versión original", en 1999), y lo definen como un paso atrás para "poder dar tres hacia delante", superado el "trance" que supuso reemplazar a uno de los tres vértices del grupo, Soledad Giménez, cuya voz caracterizó su sonido.

Lydia Rodríguez, que ejerce de vocalista desde hace tres años, reivindica su papel: "Siento que he llenado su lugar, incluso que ha cambiado el estilo, se ha renovado, ahora es más fresco".

Llega en un momento "muy difícil" para la música, en el que las bandas se sienten abandonadas por la industria discográfica y los medios de comunicación, pero son optimistas, porque saben que trabajan con "material sensible", es decir, música, "algo que la gente necesita", ha remarcado Mañó.

Quizá por este motivo, un próximo disco con canciones propias tendrá que esperar. "No sabemos cuando saldrá, no tenemos nada", admite Giménez.

De momento, su nueva apuesta, que incluye tres temas extras si se compra en formato digital a través de internet, pasa por evocar "la magia que sucede en las salas de cine", donde la música forma parte del truco.