La princesa Beatriz de York, la nieta de la Reina Isabel II que vive 'de vacaciones'

  • La hija mayor del príncipe Andrés encadena viajes en destinos paradisíacos con fiestas y actos públicos sin ningún trabajo conocido.
Beatriz de York
Beatriz de York
EFE

La vida de un 'royal' tiene las dos caras de la moneda. Por un lado, se trata de una existencia sin preocupaciones económicas o laborales, ya que nacer en una casa real garantiza prácticamente el sustento de por vida, bien sea por los títulos que se heredan o por las mayores facilidades para acceder a un buen trabajo. Pero, por el otro, exige una elevada exposición pública y una mantener siempre una impecable reputación. No obstante, algunos, como la princesa Beatriz de York, se quedan solo la primera parte.

La joven de 30 años es la hija mayor del príncipe Andrés de Inglaterra, por lo tanto, es nieta de la Reina Isabel II, lo que le convierte en la segunda mujer en la línea de sucesión al trono británico, por detrás de la princesa Charlotte -hija del príncipe William-. Desde muy pequeña se ha visto expuesta ante la opinión pública, no solo por su condición 'real', sino también por el polémico divorcio de sus padres, Andrés y Sarah Ferguson -quienes ahora tienen una cordial relación-. Pero ahora son otros motivos los que le han vuelto a poner bajo los focos.

El pasado martes, la princesa acudió a la gala anual de la Portrait National Gallery de Londres acompañada de su novio, Edoardo Mapelli Mozzi, lo que supone su presentación en sociedad desde que se conociera su relación. Beatriz empezó a salir con el joven de 34 años un mes antes de la boda de su hermana Eugenia, celebrada en octubre del año pasado, y desde entonces son inseparables. Si bien este romance ha levantado mucha polémica en Reino Unido por la vida de Mapelli.

Se trata de un rico heredero que está divorciado y tiene dos hijos, 'antecedentes' que ya sabemos que no suelen ser del agrado de los 'royals'. Su separación de la americana de origen chino Dara Huang el pasado año fue "abrupta", según ella misma narró a los medios, ya que no se lo esperaba y Edoardo apenas le habría dado tiempo para abandonar la residencia familiar, en Londres. Por ello, se especula que el italiano pudo solapar su matrimonio durante un tiempo con su historia con Beatriz. De hecho, su ex ha dejado caer que el único interés que tiene es entroncar con la realeza.

Pero esta no es la única polémica que gira en torno a la princesa. Su pasión por el lujo -el pasado martes se puso un vestido de 6.500 euros de la firma Azzedine Alaïa- y su vida de ensueño han generado mucho malestar entre los británicos, que ven cómo la joven vive prácticamente de vacaciones gracias a su condición 'real'. Es decir, con cargo al erario público.

Eternas vacaciones

Eugenia, que como nieta de la Reina de Inglaterra tiene el tratamiento de Alteza Real, cursó su educación primaria en Upton House School, en Windsor, y en la escuela Coworth Park, en Surrey. Para la secundaria, junto a su hermana Eugenia, asistió a la escuela de niñas Santa George, en Ascot. De ahí pasó a la universidad, donde se graduó en Historia del Arte en el Goldsmiths College. Y desde entonces, nada más se supo. Porque mientras su hermana Eugenia es vicepresidenta de estrategia y 'partnerships' para Afiniti, de Beatriz no se conoce ninguna ocupación.

A pesar de que realizó prácticas en Sony Pictures tras acabar la carrera, no ha trabajado de forma contínua en todo este tiempo. Si bien es habitual de actos públicos relacionados con moda, arte y causas solidarias. Además, es el primer miembro de los Windsor que ha aparecido en el cine con un pequeño papel en una película basada en la vida de su antepasada la Reina Victoria.

No obstante, la mayor parte del tiempo Beatriz la pasa viajando. Playas paradisíacas, destinos de ensueño y aventuras en lugares recónditos son los 'hotspot' de la princesa, que tanto con su nueva pareja como con su novio anterior, Dave Clark, mantiene el mismo tren de vida. El escándalo se desató cuando en el año 2015 una agencia de viajes británica calculó que en los 12 viajes que había hecho la pareja durante esos meses se habían gastado cerca de medio millón de dólares (unos 440.000 euros), una cifra que soliviantó a la opinión pública británica.

San Bartolomé, Florida, esquí en Suiza y Aspen, Abu Dabhi... Son algunos de los lugares que en estos años de asueto se ha recorrido Beatriz, a quien no parece importarle lo que se diga de ella y tiene muy claro cómo quiere vivir su vida. Ahora junto al magnate italiano que tantos titulares está copando y tantas suspicacias ha levantado sobre sus verdaderas intenciones con la princesa.

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