Puerta grande al temple y la solvencia de Rubén Pinar

  • El albaceteño Rubén Pinar, con las armas del temple, la solvencia y la inteligencia, abrió la puerta grande del coso de la Plaza de España en un día del patrón en la que peor noticia fue la muy pobre entrada que presentó la plaza de esta Feria de las Hogueras.

José Ignacio González

Alicante, 24 jun.- El albaceteño Rubén Pinar, con las armas del temple, la solvencia y la inteligencia, abrió la puerta grande del coso de la Plaza de España en un día del patrón en la que peor noticia fue la muy pobre entrada que presentó la plaza de esta Feria de las Hogueras.

Rafaelillo y David Mora no se fueron de vacío y lograron cortar una oreja ante una corrida de Cebada Gago con cuatro toros con opciones.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Cebada Gago, el 6º lidiado como sobrero y el 5º con el hierro de García Cebada, bien presentados y de interesante y variado juego salvo el 4º, que tuvo peligro y el 5º, que manseó en exceso.

Rafaelillo, estocada corta (oreja) y estocada (silencio).

David Mora, estocada (oreja) y estocada corta (ovación).

Rubén Pinar, pinchazo y estocada (oreja tras aviso) y media estocada (oreja).

Entrada, menos de un cuarto de plaza. Por primera vez en veinte años, las cámaras de Canal 9 no estuvieron presentes el 24 de junio en Alicante.

El quinto, con el hierro de García Cebada, lució divisa negra en señal de duelo por el fallecimiento del ganadero gaditano el pasado mes.

Entre las cuadrillas, se desmonteraron Ramón Moya y José Mora tras parear al primero y José Ignacio Rodríguez y Félix Rodríguez en el tercero.

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El escaso público que acudió a la plaza (ni los más viejos del lugar recordaban un día del patrón con tan poca gente en los tendidos) disfrutó sin embargo del espectáculo que la terna ofreció ante la variada y bien presentada corrida de Cebada Gago. De los tres, se llevó el gato al agua un Rubén Pinar muy solvente y maduro, que logró abrir la puerta grande.

Rafael Rubio "Rafaelillo" recibió con largas cambiadas a su primero, para ya de pie torear con arrestos a la verónica.

El de Cebada se fue templando en su embestida en el último tercio, con un buen pitón izquierdo que supo ver el diestro murciano, bajando en ese momento la intensidad pero no la calidad de su labor, que fue especialmente notable en el toreo al natural. Cayó la oreja.

Con el cuarto, que desarrolló mucho peligro en el último tercio, Rafaelillo lo intentó con algún que otro apuro para acabar doblándose con él y matarlo de una estocada.

David Mora se pasó muy cerca al segundo desde los mismos lances de recibo al segundo, que se dio una tremenda costalada y fue cuidado en varas.

La faena, fundamentada en la mano diestra, tuvo momentos de mucha belleza, con el innegable empaque y personalidad del diestro de Borox. Por el izquierdo, el toro no fue el mismo y el sensacional volapié con el que concluyó Mora su labor valió por sí mismo la oreja concedida.

Con el quinto, que manseó en exceso y buscó muy pronto los terrenos de tablas, Mora toreó bien con la capa por delantales para después mostrarse tesonero pero sin acabar de ligar faena. Saludó una ovación.

En un año complicado para él, Rubén Pinar se reivindicó en una plaza que siempre se la ha dado de maravilla. Animoso con la capa, la mayor virtud de su faena al noble pero escaso de fuerzas primero fue la templanza con la que administró sus embestidas.

Llegó a torear al ralentí el manchego sobre la mano izquierda y de no mediar el pinchazo previo a la estocada, podría haber cortado dos orejas, quedando el premio en una.

Con el sexto, que no se empleó en los primeros tercios, Pinar supo de nuevo tocar las teclas precisas para que el de Cebada rompiera en la muleta. Faena inteligente y de nuevo muy templada, cimentada sobre el pitón diestro, el mejor del toro. Media estocada algo caída fue suficiente para lograr la oreja que le franqueaba la puerta grande. EFE

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