Rafel Nadal: "Mis padres nos han dado una lección de tolerancia"

  • No esconde el periodista Rafel Nadal que fue su amigo Arturo San Agustín, al que califica de hiperintuitivo, quien le insistía en que un día debía escribir la historia de su extensa familia, lo que acaba de hacer ahora con "Quan érem feliços", con la que obtuvo el premio Josep Pla en enero.

Irene Dalmases

Barcelona, 12 feb.- No esconde el periodista Rafel Nadal que fue su amigo Arturo San Agustín, al que califica de hiperintuitivo, quien le insistía en que un día debía escribir la historia de su extensa familia, lo que acaba de hacer ahora con "Quan érem feliços", con la que obtuvo el premio Josep Pla en enero.

En una entrevista con Efe, explica Nadal que en realidad ha escrito un "homenaje" a sus padres, unas personas de convicciones muy fuertes, tradicionales y conservadores, del Opus Dei, que en un período de diecisiete años tuvieron doce hijos y que cree, con la perspectiva que da el paso del tiempo, les han dado "una lección de tolerancia".

Sexto hijo de una familia muy de Girona, el periodista reconoce que sus progenitores han vivido con dolor los diferentes caminos ideológicos y religiosos que han tomado todos los hermanos. "Ellos han hecho un sacrificio al dejarnos tomar nuestra opción libremente, pensando, además, que íbamos a hacernos daño, pero lo que nos han dado es una lección de tolerancia, en la que ha triunfado la libertad".

Nadal evoca en el libro, publicado por Destino, la vida de una familia de la burguesía de provincias, en la Girona franquista, con veranos en la casa de la Fosca, cerca de Palamós, septiembres en una casa de payés en Aiguaviva, o los años de internado en el Collell.

Precisamente, rememora el escritor que este libro, de hecho, lo empezó a escribir "mentalmente" allí, donde pasó varios años, con mucha añoranza, aunque reconoce que también con buenos profesores.

Aunque advierte que es una obra de evocaciones, Nadal ha intentado que "la nostalgia no gane, y que quede claro que con los años todo ha ido a mejor".

Con cortos capítulos, que pueden leerse de manera independiente, retrata una época con niños felices. "Describo la felicidad de la infancia, más ingenua, primaria y explosiva, en una época en la que en España había una dictadura, con una disciplina muy grande, pero si cumplías, tenías después una gran libertad", apunta.

También dice que aunque vayan apareciendo los hermanos, "los personajes centrales de la obra son la madre y la abuela Teresa, ambas muy femeninas y tradicionales en el sentido italiano de ser el centro de la familia".

Sin embargo, ambas tienen carrera universitaria, una es maestra, y la madre ha sido profesora durante más de tres décadas en un instituto, "culta, viajada e intelectualmente más preparada que el padre".

Preguntado sobre qué es lo que han opinado en la familia tras leer el libro, Nadal asegura que su madre se ha mostrado "orgullosa y contenta" por cómo ve su hijo a sus padres, mientras que los hermanos "lo han leído con un punto de recochineo".

Además, algunos de ellos señalan que no recuerdan exactamente lo mismo que él, pero a la vez, dicen que es el único que puede dar la visión que da porque al estar en medio puede hablar de lo que han vivido los mayores y los más pequeños, algunos ya en la Girona de la Transición.

Director de "El Periódico de Catalunya" de mayo de 2006 a febrero de 2010, y en diferentes cargos de responsabilidad en empresas editoras y grupos de comunicación durante años, Rafel Nadal tampoco obvia las preguntas sobre a dónde va el periodismo, especialmente el escrito, en esta nueva década del siglo XXI.

"He dejado de tener pronósticos -confiesa- porque estamos en un mundo que se acaba y en otro que no acaba de llegar".

Sin embargo, cree que los diarios de papel todavía tienen vida para al menos treinta años, aunque con las nuevas tecnologías "las posibilidades son infinitas. De momento, sin embargo, no tenemos ni modelo económico ni modelo periodístico".

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