Raimundo Amador y Mala Rodríguez, con el flamenco por excusa

  • Sevilla.- Son dos talentos fronterizos, productos del mestizaje, con una única linde en común: el flamenco. Raimundo Amador y Mala Rodríguez han ofrecido anoche el concierto más heterodoxo del programa de la Bienal de Flamenco de Sevilla.

Raimundo Amador y Mala Rodríguez, con el flamenco por excusa
Raimundo Amador y Mala Rodríguez, con el flamenco por excusa

Sevilla.- Son dos talentos fronterizos, productos del mestizaje, con una única linde en común: el flamenco. Raimundo Amador y Mala Rodríguez han ofrecido anoche el concierto más heterodoxo del programa de la Bienal de Flamenco de Sevilla.

Sin embargo, no han convencido a un público que esperaba verlos reunidos en el escenario y que se ha conformado con sus descafeinadas presencias por separado.

Raimundo Amador, arropado por su familia, un linaje gitano y flamenco indiscutible, ha jugado en casa y ha intentado mantener el calor del público con la lumbre de sus mejores éxitos.

Y por supuesto, también, con la buena compañía: su hermano Diego Amador 'El Churri' a la guitarra, su sobrino Diego Amador 'Junior' al cajón, las voces de Nani Cortés y las palmas de sus nietas pequeñas, que también han subido al escenario.

Niños prodigios de la Sevilla marginada, la de la reconversión modernista de Triana en las Tres Mil Viviendas, los Amador han intentado poner en pie algunos adelantos del último trabajo discográfico de Raimundo, 'Medio guitarra medio hombre', que aún no ha visto la luz, pero pronto se han rendido a sus éxitos históricos, como 'Voyeré' y 'Ay qué gustito pa mis orejas'.

Esta sucesión de canciones ha culminado con una pieza instrumental de Diego Amador que forma parte del repertorio de la mítica banda de los ochenta Pata Negra, conformada por los mismos miembros de esta familia.

Pero como los Amador, amantes de la fusión y el mestizaje musical, habían sido convocados por la Bienal de Flamenco de Sevilla, se han decantado por un fin de fiesta que pretendía ser jondo.

No obstante no ha sido así, ya que se quedó en un mínimo apunte de la cantaora sevillana Remedios Amaya, que ha empezado entonando el himno 'Camarón', de Pata Negra, y ha continuado "por derecho" -como califican los gitanos al cante estrictamente flamenco- con unas deficiencias de sonido y la consiguiente decepción del público.

Pero el flamenco tiene a sus hombres y mujeres-orquesta, y en esa calificación es donde ha entrado la rapera andaluza Mala Rodríguez, que se ha empeñado en mostrar un espectáculo más aflamencado, como deferencia con el festival que la ha programado.

Con el público entumecido y el calor inicial convertido en un frío escepticismo, Mala Rodríguez ha intentado reconducir la situación con los mejores temas de su último álbum, 'Dirty bailarina', como 'No pidas perdón' y 'Yo no mato el tiempo'.

Ha continuado con un repaso a los temas-himno de su primer disco, 'Lujo ibérico', con el que revolucionó el mercado musical, y se ha permitido incluso rememorar el tema 'Te convierto', del trabajo 'Alevosía'.

Pero ni en esta pieza musical, grabada en el disco junto a Raimundo Amador, ha tenido el público la ocasión de ver reunidos en el escenario a los dos artistas.

Con las esperanzas desvanecidas y la espantada de los espectadores, ha terminado un concierto que había levantado muchas expectativas pero que ha dejado muy pocos momentos para el recuerdo de esta Bienal de Flamenco de Sevilla.

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