Ramón Colom, nuevo presidente FAPAE: El cine debe separarse "de mamá Estado"

Alicia G.Arribas.

Madrid, 27 dic.- Hace quince días, los productores de cine españoles eligieron por unanimidad al que será su presidente los próximos cuatro años: Ramón Colom, un hombre de la industria ligado durante años a la televisión que tiene claro su modelo de progreso: "que el cine resuelva los problemas del cine".

"Me gustaría no vivir permanentemente conectados a la Administración y que el cine resolviese los problemas del cine; es cierto que hay la política cultural que hay, pero separarnos de las faldas de mamá Estado no me parece mal, sobre todo en situaciones como la actual, donde el dinero debe dedicarse sobre todo a educación y sanidad".

En una entrevista con Efe, Colom se muestra como un perfeccionista que se pone "nervioso" antes de llegar al despacho pensando si su equipo podrá con todo el trabajo que lleva en la cabeza: "A mí me gusta controlar al principio, pero luego delego", confiesa.

Reconoce que el sector tiene problemas, "pero muchos son los mismos que tienen las industrias de los coches o de los chicles", que al ciudadano no le llega el dinero. "Y si un mileurista, que es un afortunado, necesita el sueldo de un mes para pagar la factura de la luz de un año, puedes entender lo que hace la gente con el dinero", resalta.

Su programa electoral, que consiguió aglutinar los intereses de todos los productores de cine, televisión, animación y documental, se basa en conseguir un nuevo modelo de financiación para el cine:

"Es fundamental, pero también -y antes- lo es de dónde va a salir ese dinero, porque el Gobierno dice que no lo tiene", apunta Colom. Eso, añade, "nos lleva a soluciones creativas", como "lo que ha hecho la Generalitat de Cataluña, que ha aprobado una ley autonómica con una propuesta de tasas sobre las conexiones de datos", explica.

Es el mismo sistema de Portugal, y de Alemania, apunta, y advierte de que "si el Estado no tiene dinero para el audiovisual no se podrán hacer películas, así que habrá que espabilar".

"Parece que, por primera vez, el Ministerio de Cultura, el ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales) y nosotros estamos en la misma longitud de onda, pero hace falta algo más que buena voluntad".

"Por ejemplo -dispara nada más comenzar la entrevista- he leído unas declaraciones de (Cristobal) Montoro (ministro de Hacienda) sobre que el IVA no subirá, pero tampoco bajará".

Y agrega: "Esto es nuevo, sé que el Gobierno irá ajustando sus medidas en función de la recaudación y de cómo va la economía en general, pero vamos a ver", dice, y recuerda que hay un compromiso para ayudar a los empresarios.

También se queja de la falta de resultados de la Comisión Mixta para el estudio de un nuevo modelo de financiación del cine, que seis meses más tarde de la fecha comprometida para sacar unas conclusiones, tienen aún "dos patas de ese banco que aún ni se han reunido".

Su primer día de trabajo en Madrid, el 2 de enero, se encontrará con el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, y con responsables de asociaciones, "para hablar de la Ley de Propiedad Intelectual".

"Nos preocupa la propiedad intelectual, la copia privada, el acceso de las nuevas generaciones, las relaciones con las televisiones y las nuevas formas de ver productos audiovisuales", aclara. "Y la piratería -agrega-, porque no se meten a resolverlo".

Hay, dice, "unos grandes beneficiarios de la piratería que son las compañías telefónicas y sus tarifas de descargas de datos; pero creo que ya hemos bailado suficiente con la copla de que la cultura es gratis, tiene que ser gratis el acceso, pero el producto no", resume.

"Y hay que buscar un sistema para que el talento se incorpore fácilmente a la industria; medidas ligadas a la televisión -no tenemos por qué ser enemigos, estamos en el mismo barco y podemos beneficiarnos ambos-, la innovación, la internacionalización...".

El también presidente de los productores catalanes, que asumió su cargo en la FAPAE el pasado día doce tras sustituir a Xose Portela, a la cabeza de la institución de forma transitoria desde la renuncia en julio de Pedro Pérez, será también un intermediador.

Y lo único que aspira a dejar tras su paso por la presidencia: "Me daré por contento si queda la percepción de que el cine español es bueno y merece la pena".