Raúl Paz se rebela contra los "clichés físicos y musicales" de su origen cubano

  • Madrid.- Raúl Paz, profeta en Francia y después de mucho tiempo en su Cuba natal, tratará de acortar este jueves la distancia que le separa de España con un concierto en Madrid con amigos como Lolita, en el que mostrará su rebelión contra los "clichés físicos y musicales" que se esperan de un cubano.

Madrid.- Raúl Paz, profeta en Francia y después de mucho tiempo en su Cuba natal, tratará de acortar este jueves la distancia que le separa de España con un concierto en Madrid con amigos como Lolita, en el que mostrará su rebelión contra los "clichés físicos y musicales" que se esperan de un cubano.

"Qué lástima que seas tan joven y que no seas negro", le dijeron a este músico en una gran discográfica francesa cuando fue a presentar su maqueta hace años, antes de que terminara triunfando en el país vecino gracias a su "honestidad", según razona en una entrevista con Efe en Madrid.

"No me dejé ganar por la imposición de un cliché de cómo debía ser un cubano, la música fue más importante que el pasaporte", afirma.

Raúl Paz (Pinar del Río, 1969) no responde ciertamente a los estereotipos. En los ochenta escuchaba a "grandes divas españolas" como Rocío Jurado o Lola Flores, así como la música disco exportada de los países soviéticos. Además, estudió ciencias en una "escuela para chicos inteligentes" y viajó a París siguiendo el rastro de compositores clásicos como Debussy o Ravel.

A pesar de ello, o precisamente por ello, acabó convertido en un poeta "punk" cercano al rap, cuyos discos son descritos como un conglomerado de siete estilos que incluyen "trova, salsa, pop, electro, funk, timba y fusión".

Antes de eso, ya había pasado por grandes ciudades como Buenos Aires o Nueva York ("donde se habla de dinero todo el tiempo", dice) y actuado junto a grandes figuras como Celia Cruz o Tito Puente, al que conoció en su primer concierto fuera de Cuba.

"Yo no sabía nada y al llegar del aeropuerto, me recibió en la puerta un tipo vestido de forma impecable, con los zapatos conjuntados con las medias, la corbata con el anillo... Era Tito Puente. Eso es lo que yo llamo 'salseroactitud', una actitud corporal, gestual, de vestimenta, que es fundamental para ser salsero", relata Paz, que se siente lejos de ese modelo.

"Ser latino no es un impedimento para hacer otras cosas", defiende este músico, que reclama su "derecho a existir en el hoy" con su nuevo disco, "Havanization", que presentará el jueves en el Teatro Lara de Madrid.

Sus positivas melodías hablan de "la generación actual de Cuba, que tiene ganas de hablar de otras cosas", explica Paz, que durante muchos años tuvo vetado su regreso al país, hasta el año 2007, cuando volvió convertido en una estrella para tocar en vivo ante su público.

"Mi relación con Cuba siempre ha sido muy compleja, porque estando allí siempre me quise ir. Cuando me fui, ya no me dejaban entrar y cuando ya me veía instalado en Francia, me vuelvo a Cuba", relata.

Paz, al que no le hubiese gustado "envejecer más viviendo en el fantasma de una nostalgia, algo que pasa mucho en Miami", cuenta que en su reencuentro con su hogar ha comprendido muchas cosas, hasta sentirse, "como mucha gente ahora, responsable de cierta parte del futuro de Cuba".

"Ya no tengo que demostrarle a nadie que soy cubano, porque ya fui, vine, volví...", dice el compositor, que describe este disco como "el más libre" de su carrera.

Pese a su éxito en Francia y otros países centroeuropeos, España apenas ha tenido oportunidad de descubrirle, lo que no significa que no haya hecho amigos aquí y, en Madrid, se subirá al escenario rodeado de artistas como Pasión Vega, Antonio Carmona y Lolita.

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