Recuperada una gran huella de un dinosaurio Iguanodóntido

  • Burgos.- Una gran huella, de unas dimensiones de 65 centímetros de largo y 65 centímetros de ancho, perteneciente a un dinosaurio Iguanodóntido de 12 metros, ha sido recuperada gracias a una intervención conjunta del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) y de la Fundación Dinosaurios de Castilla y León.

Recuperada una gran huella de un dinosaurio Iguanodóntido
Recuperada una gran huella de un dinosaurio Iguanodóntido

Burgos.- Una gran huella, de unas dimensiones de 65 centímetros de largo y 65 centímetros de ancho, perteneciente a un dinosaurio Iguanodóntido de 12 metros, ha sido recuperada gracias a una intervención conjunta del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) y de la Fundación Dinosaurios de Castilla y León.

Según ha informado esta última entidad, esta "gran huella" corría peligro de destrucción por factores climatológicos y también por posible expolio.

Se trata del molde de una huella de dinosaurio Iguanodóntido de hace unos 135 millones de años.

Este tipo de réplicas se origina cuando el dinosaurio pisa en un suelo muy blando de barro arcilloso, de tal forma que el hueco formado se rellena posteriormente de una capa de otro tipo de sedimento, en este caso, arenas.

Al enterrarse las dos capas por otras más que se depositan encima, los sedimentos sueltos se compactan y cementan, convirtiéndose en rocas de arcilla y arenisca.

Cuando mucho más tarde la erosión deja al descubierto el yacimiento de huellas, la arcilla desaparece por la acción del agua, y la arenisca soporta mejor el desgaste erosivo, lo que permite que en la huella original permanezca un contramolde o réplica natural.

Hay más casos de aparición de este tipo de fósiles en la comarca de Salas de los Infantes, que se exponen en el Museo de Dinosaurios salense.

Según la Fundación de Dinosaurios la huella ahora recuperada destaca por su tamaño de 65 centímetros de largo por otros 65 de ancho.

Se distinguen sus dedos cortos, gruesos y redondeados; un área plantar muy amplia, y talón o zona posterior ancha y redondeada.

Esta morfología permite identificarla como la huella de un dinosaurio Iguanodóntido, un herbívoro muy frecuente en Europa durante el Cretácico inicial, hace 135 millones de años.

La huella se exhibirá próximamente en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes.

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