Reino Unido prepara el centenario de la I Guerra Mundial

  • El Reino Unido ha estrenado el año 2014 sumergido en un ambicioso programa de eventos culturales y educativos cuyo fin es conmemorar el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-18).

Patricia Rodríguez

Londres, 4 ene.- El Reino Unido ha estrenado el año 2014 sumergido en un ambicioso programa de eventos culturales y educativos cuyo fin es conmemorar el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-18).

Cuando han pasado cien años del comienzo de uno de los episodios bélicos más violentos que ha vivido la humanidad, del que fueron protagonistas las principales potencias mundiales, el ámbito de la cultura ya ha dado el pistoletazo de salida a una serie de actividades para recordar 1914.

Así, desde el pasado 31 de diciembre y hasta el 24 de enero, sobre el escenario del teatro londinense Finborough se interpreta el nuevo musical dirigido por Phil Wilmott, "Lost Boy", con un planteamiento controvertido e inesperado que conmemora el conflicto.

Con motivo de esa efemérides, hoy sábado la llamada Asociación de Cambridgeshire para la Historia Local ofrece una charla con el nombre "Cuidando a los grandes heridos en la guerra de Cambridgeshiere".

Son solo algunos de los numerosos actos con los que pretende recordarse el centenario, como lo las exposiciones que se celebran ya desde 2013 hasta mañana, domingo, en el Imperial War Museum de Londres.

El también londinense Victoria & Albert Museum incluye en su programa para el nuevo año charlas, coloquios y sesiones de cuentacuentos en talleres de actividades a partir del 24 de enero con el título "I Guerra Mundial: Historias del Imperio".

La llamada Gran Guerra, que estalló el 28 de julio de 1914 y concluyó el 11 de noviembre de 1918 cuando Alemania aceptó un armisticio, involucró a todas las grandes potencias mundiales, enfrentadas en dos bandos: los Aliados de la Triple Entente y las Potencias Centrales de la Triple Alianza.

Su detonante fue el asesinado el archiduque Francisco Fernando de Austria, el heredero al trono del Imperio austro-húngaro.

En diciembre, el primer ministro británico, David Cameron, anunció que su Gobierno dispondrá de 5 millones de libras (6 millones de euros u 8,1 millones de dólares) para "conservar, reparar y proteger" los monumentos de tributo al conflicto así como los lugares donde fueron enterradas víctimas británicas y de la Commonwealth (Mancomunidad Británica de Naciones) de la guerra.

Ese dinero, que se repartirá a lo largo de los próximos cuatro años, subvencionará además un nuevo programa educativo cuyo objetivo es ayudar a explicar la importancia de esos lugares y honrar así el sacrificio de los que en ellos yacen enterrados, según el "premier".

El centenario del inicio de la I Guerra Mundial, cuyas celebraciones se equiparan a las del Jubileo de Isabel II, será el momento de que "todo el país reflexione sobre los eventos que vieron realizar el mayor sacrificio a muchos jóvenes de esa generación", según indicó el líder conservador.

La encargada del programa cultural de eventos, la titular de Cultura, Maria Miller, señalaba recientemente que el dinero destinado a reparar esos monumentos significativos en honor al conflicto que hay en todo el país tratan de "recordar el significado y la magnitud de lo que ocurrió hace cien años".

La llamada "Commonwwwealth War Graves Commision", encargada de velar por los lugares donde están enterradas las víctimas en países de la Commonwealth, también ha incidido en la importancia de asegurar que las generaciones presentes y futuras comprendan las razones de los sacrificios llevados a cabo.

En el condado de Cornualles, al suroeste de Inglaterra, "The Lost Gardens of Heligan" (Los Jardines perdidos de Heligan), en la localidad de St Austell, comenzaron el pasado 28 de diciembre a preparar sus campos para plantar amapolas -una flor cargada de significado para los veteranos de guerra- a tiempo para la primavera próxima.

Precisamente, el llamado "Poppy", el pequeño broche de plástico rojo en forma de amapola, se convierte cada año desde finales de octubre hasta el 11 de noviembre, en el adorno imprescindible en este país con el que se rinde tributo a militares y excombatientes británicos.

Es el emblema de una tradición que se remonta a las cruentas batallas libradas durante la I Guerra Mundial, cuyo final marcó la firma del Armisticio en 1918 "a las 11 horas, del día 11, del undécimo mes".

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