Este fin de semana, el Rey Juan Carlos ha vuelto a reencontrarse con su mayor afición, la cual para él es casi una profesión. El monarca emérito ha regresado a Sanxenxo, localidad gallega que se ha convertido en su segunda casa, para apoyar a la Infanta Elena en la regata de 6mR que se ha celebrado y en la que participaba la primogénita del emérito.
Don Juan Carlos llegó a Sanxenxo el sábado por la noche para participar en una cena previa a la competición en la que estuvo junto a la Infanta y algunas autoridades gallegas, entre ellas el presidente de la Xunta, Alberto Nuñez Feijóo, quien recibió al monarca en primera persona.
Don Juan Carlos estaba exultante disfrutando de su gran pasión, aunque esta vez decidió no tomar partido a bordo del Bribón mientras sí lo hacía doña Elena a bordo del Erica. Este pasado verano, el Rey venció a su hija en una de las pruebas disputadas en la ciudad pontevedresa, pero esta vez no hubo rivalidad de por medio.
Esta regata sirvió para ver al monarca sin la brecha que lució la pasada semana en el Máster de Tenis, fruto de un accidente doméstico sin importancia. Aunque ya camina acompañado de un bastón por sus problemas de cadera, don Juan Carlos tiene un buen estado de salud y se encuentra en perfecta forma para seguir con su agenda personal una vez que está libre de sus obligaciones institucionales. Una agenda que cada vez comparte más con su hija mayor, su 'ojito derecho'.
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