Ricardo Menéndez Salmón: "Las crisis son buenas para el escritor"

  •  Segunda entrega de la serie de consejos para jóvenes escritores.
Ricardo Menéndez Salmón: "Pobre del escritor que no siente, en algún momento, que su literatura carece de sentido"
Ricardo Menéndez Salmón: "Pobre del escritor que no siente, en algún momento, que su literatura carece de sentido"
lainformacion.com
David González / Aviondepapel.tv

Cuentan que John Cheever escribía en calzoncillos en la cocina de su casa, rodeado de ruido. La anécdota rompe mucho el mito de ese lugar privado o rincón donde un escritor pergeña sus obras. También están la niebla de la inspiración, las obsesiones que replican en sus libros, o las lecturas que influencian sus textos narrativos. Pues bien, el mal, como epicentro literario, es la temática que más resuena en la obra de Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971). El autor nos acompaña adentrándose en su oficio literario en esta serie de artículos sobre cómo los narradores contemporáneos se enfrentan a la escritura. "Las crisis son buenas para el escritor", explica Menéndez Salmón.

PRIMERO. "No hay rincón del escritor. Faulkner escribió Mientras agonizo sentado en una carretilla. Yo escribo en cualquier sitio: aeropuertos, hospitales, bares, transportes públicos. Yo escribo incluso cuando no ejerzo el hecho físico de la escritura".

SEGUNDO. "Las crisis son buenas para el escritor. Pobre del escritor que no siente, en algún momento, que su literatura carece de sentido, que no sabe a dónde va, que no sabe de qué trata, que no sabe a quién interpela. Más que inspiración, me gusta la palabra epifanía. A veces, de pronto, en medio de ninguna parte, la literatura te asalta. No encuentro mejor nombre para definir mi relación con la escritura".

TERCERO. "¿De qué escribir? Única y exclusivamente de aquello que te compromete como individuo. Cada escritor tiene su mundo, sus obsesiones, sus temas. Ser honesto con la literatura es ser honesto con tus intereses".

CUARTO. "Los personajes de ficción, como las personas de carne y hueso, no son cantidades homogéneas. Todos son distintos entre sí. No hay recetas, ni moldes, ni prácticas universales aplicables a la creación de personajes".

QUINTO. "Hay tres autores decisivos en mi formación como lector y, por extensión, como escritor: Kafka (a quien tengo por la gran inteligencia literaria del veinte), Faulkner (que me regaló la "ambición del fracaso") y Juan Carlos Onetti (en mi opinión el mayor escritor en español del siglo pasado). Luego, por descontado, hay un puñado de títulos de los que uno no regresa indemne. Citaré sólo tres: El corazón de las tinieblas, Viaje al fin de la noche y El hombre rebelde".

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Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971) es licenciado en Filosofía por la Universidad de Oviedo. Director literario de KRK, ha ejercido la crítica cultural en los diarios ABC, El Comercio y La Nueva España, y en las revistas El Mercurio, Quimera y Tiempo. Autor de un singular libro de viajes, Asturias para Vera. Viaje sentimental de un padre escritor (Imagine, 2010), ha publicado los libros de relatos Los caballos azules (Trea, 2005) y Gritar (Lengua de Trapo, 2007), y las novelas La filosofía en invierno (KRK, 1999 y 2007), Panóptico (KRK, 2001), Los arrebatados (Trea, 2003) y La noche feroz (KRK, 2006). Sus tres novelas en Seix Barral, La ofensa (2007), Derrumbe (2008) y El corrector (2009), que conforman lo que se ha dado en denominar Trilogía del mal y han sido saludadas con grandes parabienes por la crítica, lo han convertido en uno de los escritores más prestigiosos en el panorama de la narrativa contemporánea española. Su obra ha sido traducida al alemán, catalán, francés, italiano, neerlandés y portugués.

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