En Vox las figuras femeninas son, a día de hoy, menos que las masculinas, que copan casi todo el poder en el partido fundado por Santiago Abascal, que este martes ha entrado ya en el Congreso de los Diputados con 24 escaños. Si bien hay una que acapara por completo la representación femenina y que se ha convertido en la mano derecha del líder, Rocío Monasterio. La candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid ha destacado por ser la perfecta escudera de Abascal y por sus planteamientos y posturas tan férreas acerca del feminismo, la maternidad, la inmigración o la religión.
Pero Monasterio tiene una vida aparte de la política que también es bastante exitosa. Porque si en Vox ha logrado ser la 'reina' del partido y la representante de las mujeres que lo forman, en su vida profesional y en el ámbito privado tampoco le van mal las cosas. Rocío nació hace 45 años en Cuba, ya que su padre es cubano y su madre española. Llegó a España de pequeña, justo después de que el gobierno expropiara la próspera empresa familiar, Central de Azúcar del Golfo. Aquí, su familia se asentó y su padre siguió haciendo importantes negocios, hasta el punto de que fue el que introdujo en nuestro país la cadena de comida rápida Kentucky Fried Chicken.
Por lo tanto, Monasterio procede de una familia adinerada, aunque ella pronto decidió hacer su camino de forma independiente. Eligió una profesión totalmente alejada a la de su familia, pues estudió Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid, especializándose en Ordenación del Territorio, Urbanismo y Medio Ambiente. Obtuvo un brillante expediente académico, lo que le valió varias becas y premios, sobre todo por su proyecto para levantar 3.000 viviendas en Hong Kong. Así, pronto empezó a trabajar en firmas privadas, como el despacho Luxury Rentals, del que llegó a ser socia. Pero en el año 2000, emprendió su propio negocio y puso en marcha el estudio de arquitectura Rocío Monasterio y Asociados, del que es administradora única, sin otros socios.
Así, en estos casi 20 años, Rocío se ha dedicado a llevar su propia empresa, levantando importantes viviendas y edificios en las zonas más nobles de Madrid. De ahí que actualmente su estudio tenga unas cuentas millonarias. En 2017, último año en el que se depositaron en el Registro Mercantil, la facturación ascendió a 1,2 millones de euros, más del doble de los 408.000 euros de ingresos de 2016. Si bien los beneficios cayeron de 92.000 euros a 7.600 un año después. La empresa cuenta con un patrimonio neto de más de 400.000 euros.
Madre de cuatro hijos y casada con un peso pesado de Vox
Pero esta prolífica vida profesional no le ha impedido tener una rica vida familiar, pues Rocío es madre de cuatro hijos, fruto de su matrimonio con Iván Espinosa de los Monteros, también hombre importante de Vox. Se casó en 2001 con el vicesecretario de Relaciones Internacionales de la formación en una de las zonas más elitistas, en La Moraleja, y celebraron el banquete en el Real Club Puerta de Hierro. Y contando con bendición del Papa Juan Pablo II.
Con el economista y empresario ha formado una familia numerosa que actualmente reside en una 'zona bien' madrileña en una exclusiva vivienda a la que se mudaron en 2014. Por su parte, su marido, que es hijo del ex alto comisionado para la Marca España Carlos Espinosa de los Monteros, también ha fundado varias empresas y promotoras inmobiliarias, como Citrum, la cual dirige actualmente, dedicada al alquiler de bienes inmobiliarios. En este caso, no tiene nada que envidiarle a la firma de su mujer, pues en el último año facturó 429.000 euros, registró beneficios de 160.000 euros y cuenta con un activo de 1,2 millones.
La pareja se ha hecho fuerte en Vox, siendo dos de los 'primeros espadas' de la formación. Si Espinosa de los Monteros ha entrado en el Congreso como tercer diputado, Rocío lidera la candidatura en Madrid, luchando cara a cara con Isabel Díaz Ayuso (PP), Ángel Gabilondo (PSOE), Íñigo Errejón (Más Madrid) e Isabel Serra (Podemos). Las encuestas, de hecho, le dan la llave para que el PP mantenga el bastón de mando, aunque habría que pasar por una negociación.
En esta campaña, Monasterio se ha distinguido por su posición absolutamente antiabortista y por estar totalmente en contra de los "movimientos feministas radicales" y de la llamada "ideología de género", aunque ella se define como feminista. También está en contra de la gestación subrogada, aunque su propuesta más polémica hasta la fecha es la de llevar el Orgullo Gay a la Casa de Campo, algo que ha soliviantado a numerosos colectivos LGTBI. Igualmente, se opone a la inmigración ilegal y pide cadena perpetua para el régimen castrista y el actual presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
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