Rodrigo Fresán construye una historia de amor envuelta en un traje espacial

  • Madrid.- Considerado una de las voces más originales y transgresoras de la literatura en español, heredero de Borges y Bioy Casares, el argentino Rodrigo Fresán regresa con "El fondo del cielo", una "historia de amor con traje espacial, donde lo importante es el pasado".

Rodrigo Fresán construye una historia de amor envuelta en un traje espacial
Rodrigo Fresán construye una historia de amor envuelta en un traje espacial

Madrid.- Considerado una de las voces más originales y transgresoras de la literatura en español, heredero de Borges y Bioy Casares, el argentino Rodrigo Fresán regresa con "El fondo del cielo", una "historia de amor con traje espacial, donde lo importante es el pasado".

Un argumento que parece una paradoja si el libro fuera una novela de ciencia ficción al uso; pero es que "El fondo del cielo", editado por Mondadori, es un artefacto literario difícil de clasificar, y para su autor, Rodrigo Fresan (Buenos Aires, 1964), afincado en Barcelona desde hace años, no es "un libro de ciencia ficción sino con ciencia ficción".

"Básicamente es una historia de amor y, si hablamos en términos de ciencia ficción, ahí es donde primaría lo raro del libro, porque es una ficción con cierta nostalgia donde lo importante son el pasado y la memoria", explica a Efe Fresán, quien llevaba seis años sin ofrecer a sus muchos admiradores una obra de ficción; aunque, por otro lado, en este tiempo no ha dejado de escribir artículos, críticas, prólogos y ensayos.

"La memoria, como esa inexplicable máquina del tiempo, y el pasado, como cuarta dimensión y planeta alternativo con vida un poco más inteligente que aquella que lo habita en el presente"; y "recordar es encontrar sin dejar de buscar", son algunos de los pensamientos que escribe este autor en el libro, que también saldrá en Argentina en quince días.

Y en "El fondo del cielo", Fresán narra, además, cómo nos ha decepcionado la idea del futuro que teníamos antes, cuando hablábamos en términos de ciencia ficción. "La novela está rodeada de una cierta zona crepuscular donde no existe la perspectiva de ser invadidos por seres superires, y lo que se va viendo de una manera más dura es el modo en el que nos estamos convirtiendo en nuestros propios extraterrestres", argumenta.

"Antes un montón de cosas -continúa- las adjudicábamos a un futuro lejano y a seres de otras galaxias. Ahora estamos viviendo con móviles, grabadoras y toda esa dependencia absurda. Destruimos el planeta e incluso exploramos el cuerpo de los seres humanos, como el ADN, y otras cosas, que son buenas; pero en fin, hemos optado por convertirnos en nuestro propio 'aliens'", añade.

Divida en tres grandes episodios, la novela habla de tres destinos marcados por el amor y cruzados en el espacio-tiempo.

Pero también este "conjunto de momentos maravillosos contemplados al mismo tiempo" que transforma en cierta manera al lector que se proponga iniciar un viaje sin destino, es toda una declaración de agradecimiento a todos los escritores y creadores que han alimentado la pluma de Fresán, un amante de la buena literatura que detesta la ficción tecnificada como "La guerra de las galaxias".

Todo un "making of" de la novela y un ritual que el autor repite en todos sus libros y que, en este caso, lo presiden Kurt Vonnegut y la novela "Matadero Cinco, y lo conforman J.G. Ballard, David Foster Walance, David Lynch, Ray Bradbury, Kubrick, Marcel Proust, Morakami, o Bioy Casares con "La invención de Morel", entre otros.

Fresán ha bebido de la literatura fantástica por su nacimiento en Argentina, pero cree que España, donde no hay mucha tradición con este género, "tiene una bendición y un privilegio, que es "El Quijote, "el libro totémico, un fetiche donde está toda la vanguardia. La gran tradición novelística nació con un extremo vanguardista", recalca.

La publicación de "El fondo del cielo" coincide también con la reedición de la primera novela de Rodrigo Fresán, "Historia argentina", todo un éxito cuando salió en España y sobre todo en Argentina que sale revisada y corregida, con prólogos de Ray Loriga e Ignacio Echevarría, en Anagrama.

Carmen Sigüenza

Mostrar comentarios