Rowling demuestra que no necesita su apellido

  • Con o sin su nombre, JK Rowling ha demostrado su talento después de que "The Cukoo's Calling", la novela que ha escrito bajo seudónimo, se vendiera bien y recibiera ofertas de televisión antes de saberse que era ella la autora.

Cynthia de Benito

Londres, 24 jul.- Con o sin su nombre, JK Rowling ha demostrado su talento después de que "The Cukoo's Calling", la novela que ha escrito bajo seudónimo, se vendiera bien y recibiera ofertas de televisión antes de saberse que era ella la autora.

Mundialmente conocida por crear la saga mágica de Harry Potter, la británica lanzó el año pasado su primera novela para adultos, "Una vacante imprevista", mientras en la sombra preparaba una nueva saga que publicó con un nombre falso para evitar la presión.

"The Cuckoo's calling", un libro policíaco sobre las andanzas de un excombatiente de guerra reconvertido en detective privado, fue el resultado de este experimento firmado por el imaginario escritor Robert Galbraith, que llegó a las librerías en abril.

Entonces obtuvo unas ventas discretas -unas 1.500 copias hasta que se descubrió el engaño- y críticas positivas, pero muy positivas para un autor novel, según el argumento del dominical "The Sunday Times" al justificar recientemente la sospechas sobre Galbraith.

Los recelos del periódico se demostraron fundados y hace una semana publicó que el supuesto escritor no existía y que en realidad se trataba de la pluma de Rowling, lo que provocó que las ventas de la novela se dispararan, así como la decepción de la escritora.

También quedaron estupefactos los agentes literarios que habían rechazado publicar la historia.

"Ha sido una experiencia liberadora. Ha sido maravilloso publicar sin bombo o expectativa, y por puro placer para obtener una respuesta con un nombre diferente", dijo Rowling al explicar las razones de su decisión de esconder su nombre.

Pero días después la decepción dio paso al enfado y la incredulidad al preguntarse cómo la prensa había tenido acceso a una información que sólo compartían su círculo muy íntimo y su agente literario, por lo que comenzó la búsqueda del soplón.

Atando cabos, la escritora descubrió que la curiosidad del "Sunday Times" no había sido del todo autónoma, pues el periódico obtuvo los detalles de la novela a través de un chivatazo en Twitter a una de sus columnistas India Knight.

Según los medios británicos, la periodista recibió el 9 de julio un mensaje público de la usuaria Jude Callegari, que le aseguraba que las aventuras del detective surgían de la misma mente que sacó al huérfano Potter de la alacena bajo las escaleras hace 16 años.

Parecía un punto muerto, pues Callegari, que eliminó su perfil de la red social, no conocía personalmente a Rowling, como la escritora reconoció en un comunicado divulgado cuando encontró al responsable de la filtración.

"Sólo un reducido grupo de personas conocían mi pseudónimo y no ha sido agradable preguntarme durante días cómo una mujer de la que nunca he oído hablar podía haber averiguado algo que ni siquiera muchos de mis amigos más íntimos sabían", señaló.

La explicación final no dejó de ser rocambolesca: Chris Gossage, uno de los socios de Russells, empresa legal de la industria del entretenimiento británica, habría revelado la autoría real de "The Cukoo's calling" a Callegari, a la sazón mejor amiga de su mujer.

Mientras Rowling encontraba al soplón, las librerías de todo el país ardían y el grupo editorial Little Brown Book Group, que sacó la novela, se devanaba los sesos intentando encontrar el material para imprimir a toda velocidad y dar respuesta a la inusitada demanda.

"Empezamos a imprimir el lunes por la tarde (un día después de la filtración en la prensa el 14 de julio) sin ningún aviso y sin material, no era algo previsto. Hemos reimpreso antes por premios a escritores, pero para eso había ni siquiera un plan de actuación", afirmó un responsable de la casa de imprenta Clays.

Con los nuevos 140.000 ejemplares en las librerías británicas, el sueño anónimo de Rowling llega a su fin, si bien ella misma reconoce que no resultaba posible mantener el engaño durante mucho tiempo.

"En el momento en que fui descubierta, Robert (el escritor ficticio) había vendido 8.500 copias en inglés en los diferentes soportes y había recibido dos ofertas de cadenas de televisión para adaptar la historia. La situación se estaba complicando", explicó.

Queda sólo la duda de saber si la escritora británica firmará los ejemplares de "The Cukoo's calling", que tendrán continuación, con su firma original o con la que diseñó para Robert Galbraith, aunque Rowling aún no ha explicado cómo pensaba acudir a firmas de libros sin desvelar su identidad.

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